Transitando Miradas

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El eco de la pregunta del elegante caballero, "¿Has cometido alguna locura?",  resonó en el aire de la estación.

Al levantar la mirada de mi móvil, me encontré con sus ojos penetrantes, como si hubiera leído mis pensamientos.

 - ¿Perdona? - Mis labios reaccionaron con curiosidad. 

- No puedes apartar la vista de tu teléfono.  Se nota que hay alguien o algo que extrañas.

- Solo estoy reflexionando. - Le conteste sin darle importancia a la conversación. 

- No te enredes en pensamientos excesivos. A veces, soltar y dejar ir es la mejor manera de avanzar. Supongo que ya lo has experimentado, ¿verdad?

- Si, perjudicando a los demás - conteste admitiendo con cierta resignación como si estuviera disculpándome por mi impulsividad.

- Entonces, sigue en ese camino. 

- ¿A qué te refieres?

-  Es decir no continúes perjudicando a los demás. Continúa siendo auténtica contigo misma. 

Dijo después de un largo tiempo por su debida reflexión. Unos segundos después burlándose de sí mismo, comentó:

- Parece que tampoco estoy completamente convencido de mi propio consejo.

En ese instante, el tren anunció su llegada, interrumpiendo nuestra conversación. Antes de partir comento:

- Esta es mi parada. Espero cruzar caminos contigo nuevamente, joven.

El caballero se despidió con un aire enigmático, dejándome con sus palabras flotando en mi mente. 

Todavía quedaron cinco horas en el tren para llegar a mi destino, y la idea de mi nuevo hogar se mezcló con ideas horribles. 

Repentinamente, abrí la página web donde había reservado mi lugar en los próximos 6 meses y de repente pienso. Cierto comparto el piso con 3 personas más.

Me entra el pánico y pienso en volver a casa. Y si son asesinos o aún peor antropófagos y después de torturarme me quieran comer.

"Tranquila, Emily", murmuré en un intento de tranquilizarme. Nunca has visto un caníbal por allí sueltos, aunque podría ser la primera vez. 

Relájate, recuerda que ya no puedes regresar. Dejaste las llaves en casa. ¿Y si pico y digo que me he caído desde la ventana?  Si y sin ningún rasguño, no convenceré a mis padres. ¿Tal vez debería darme un golpe? Pensé mientras la idea absurda se formaba en mi mente.

 Los pensamientos continuaron dando vueltas dentro de mi cabeza mientras el viaje avanzaba.

¡Qué estúpida soy! Seguro me están buscando, me dijo con la angustia aumentando con cada palabra. 

Todavía soy menor de edad. ¿Por qué no pude aguantar unos meses más? Así la policía no tendrá autoridad sobre mí. Solo espero no convertirme en un titular de cualquiera noticia.

¿Y si me rastrean el móvil? ¡No, no podía dejar que el pánico me controlara! Mis dedos se movieron rápidamente sobre la pantalla del teléfono mientras tecleaba un mensaje a mi hermano: "No me busquéis si realmente me queréis, por favor".  

Agarré el móvil con furia y lo lancé con todas mis fuerzas contra el suelo. No quería dejar ningún rastro. 

La pantalla se estrelló con un estruendo sordo, todos los ojos en el vagón se posaron en mí. No deberían estar acostumbrados a ver gente así, es decir estamos en un tren en movimiento cada días te encuentras con un panorama distinto.

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora