CAPÍTULO 7

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Eran las 6:32pm cuando el teléfono del periodista empezó a sonar. Lo tomó con iniciativa, sin la intención de no perder un solo segundo en recopilar más información.

Pensó que sería una de sus fuentes o quizás MinSoo con nueva información que darle sobre su hijo.

— ¿Sí?

Al contestar el teléfono, una voz profunda y amenazante resonó al otro lado de la línea.

— Escucha bien, Jimin. Sabemos que estás investigando nuestros asuntos. Te estás metiendo en problemas que no te conciernen. Será mejor que detengas tus investigaciones ahora mismo si valoras tu vida y la de los que te rodean. No querrás que las cosas se pongan peligrosas para ti o tu familia. ¿Entendido?

Jimin sintió una mezcla de miedo y enojo ante la intimidación, pero trató de mantener la calma y responder con valentía.

— No me asustarán con amenazas vacías. Si estás implicado en actividades ilegales, tarde o temprano serás llevado ante la justicia. No voy a detenerme hasta descubrir la verdad y asegurarme de que todos los responsables enfrenten las consecuencias.

La voz al otro lado de la línea se endureció aún más.

— Te lo advertimos, periodista. No juegues con fuego si no quieres quemarte. Esta es tu última oportunidad para alejarte del caso. Si sigues adelante, lamentarás haberlo hecho. Y no intentes rastrear nuestra llamada, no vas a conseguir nada, y mucho menos intentes contárselo a alguien, o habrá graves consecuencias. Tenlo en cuenta.

Antes de que Jimin pudiera responder, la llamada se cortó abruptamente. Se quedó mirando el teléfono con una mezcla de frustración y determinación. Sabía que había puesto en riesgo su seguridad y la de su familia al involucrarse en la investigación, pero también sabía que no podía darse por vencido. El periodismo de investigación era su pasión y su deber, y no podía permitir que las amenazas lo detuvieran. Sin embargo, una extraña mezcla de miedo e inseguridad le recorrieron por dentro.

“¿Debería contárselo a Jungkook?”, pensó, mirando fijamente su teléfono móvil. No había ninguna evidencia de su conversación. Ni siquiera había quedado registrada la llamada.

Decidió mantener esta nueva amenaza en secreto, al menos por ahora, sin contársela a Jungkook ni al equipo. No quería poner en riesgo a sus seres queridos, al menos hasta tener un plan más claro para enfrentar una situación tan peligrosa.

— ¿Te encuentras bien? Te ves muy pálido. —preguntó Jeon, quien había aparecido de nuevo en el salón a por algo de picar.

Jimin tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo, alejó rápidamente el móvil de sus manos y asintió con un movimiento de cabeza, tratando de proyectar seguridad.

Algo en él sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien. Jungkook estaba ahí para protegerlo ante cualquier riesgo que pudiera conllevar ese proyecto y ocultarle la existencia de una llamada amenazante no era precisamente la mejor idea para estar a salvo. Sin embargo, se sentía impotente por no poder hacer más. Por estúpido que pudiera sonar, se veía a sí mismo como una carga incapaz de defenderse por sí mismo a ojos de Jeon.

Pero, ¿por qué ese empeño en sorprender al menor? Nunca antes había tenido en cuenta lo que otros pudieran pensar de él, no hasta ese momento.

— Sólo estoy un poco cansado, nada más. —se excusó, deseando que fuera suficiente para alejar cualquier sospecha.

Jimin esbozó una sonrisa cansada, tratando de disipar cualquier rastro de preocupación en su rostro. Sus ojos reflejaban una mezcla de gratitud y confusión ante la propuesta de Jungkook. El más joven había dejado la bolsa de patatas fritas a un lado, como si intuyera la necesidad de conectar en un plano más personal.

Sombras De Orion | KOOKMIN - JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora