PRÓLOGO

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📍Cornualles, Inglaterra

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📍Cornualles, Inglaterra

📅 Siglo VI a. d. c

La pequeña pelirroja de rizos interminables, se mordía los labios de forma juguetona mientras esperaba con impaciencia a su madre. Ésta, la miró divertida y después de resoplar sonoramente por la boca, decidió hacer caso a sus súplicas.

- ¡Mami, por favor! Cuéntamela otra vez -le rogó de nuevo su pequeña hija, quien a pesar de sus cortos 5 años de edad, ya había escuchado la historia cientos de veces.

- Emory, cariño, estoy agotada. La misma historia. Dos noches seguidas. ¿No prefieres mejor el cuento de las hadas del bosque? -le propuso su madre, intentando variar ésa noche el relato que le contaba cada noche, antes de dormir.

- No, mami, por favor. Quiero la historia de porqué no tenemos rey -le suplicó ella con impaciencia. No era porque Emory no se supiera el cuento, era porque le encantaba recitar las mismas palabras que su madre y así sentirse satisfecha por su buena memoria.

- Porque el rey Uther murió sin encontrar a su heredero y quien saque la espada de la roca será el rey. Fin.

Emory miró a su padre, quien había hablado mientras se quitaba las botas de cuero, dedicándole una mueca enfurruñada. Le había estropeado la historia con sólo una frase.

- ¡Papá! -le regañó la pequeña mientras cruzaba sus brazos a la altura de su pecho.

- ¿Qué? es la verdad -le respondió él alzando sus manos como si quisiera disculparse- lo que pasa es que tu madre te da la versión idealizada de la historia.

- Quiero esa versión. Es la que me gusta -le suplicó la niña a su madre, mirándola con esos ojos verdosos que casi siempre, conseguían lo que querían.

- Está bien, pero, acuéstate, ¿de acuerdo?

Emory le sonrío a su madre e hizo lo que ella le pedía. Se acomodó en el pequeño catre, y después de taparse con las mantas de piel, se dispuso a escuchar su historia favorita.

- Hace muchos años, cuando tú aún no habías nacido, ni papá, ni mamá...

- ¿Y la abuela Kathie? -le preguntó la niña con una divertida sonrisa, pues sabía de sobra la respuesta.

- Ni la abuela Kathie ni mi abuela Mary -le respondió su madre llevando la yema de sus dedos a las mejillas de su hija. La pelirroja Emory era el vivo retrato de su madre, su tan amada abuela Kathie.

- Sigue, mami -le pidió la niña emitiendo un ligero bostezo, preludio de ese sueño que estaba por llegar.

- Pues hace muchos años, vivía en el castillo que se alza en la montaña, un rey que no tenía esposa ni hijos. Ese rey ansiaba la mujer de otro hombre, quien era un duque de otro lejano país, en guerra con el nuestro. Así que, gracias a una poderosa magia, logró ocupar un día el lugar de ese duque, y así yacer con su esposa, la bella Igraine. Esa noche, el rey, de nombre Uther, engendró un hijo con la mujer del duque, quien, por azares del destino, murió en batalla esa misma noche. Uther reclamó a Igraine como su esposa, llevándosela a su reino, donde la desposó y la mantuvo a su lado, hasta su muerte. 

- ¿Y el bebé? -preguntó una somnolienta Emory bostezando cada vez con más asiduidad. 

- El bebé nació justo la noche en la que Uther murió. Dicen que el mago del reino, lo escondió, esperando que fuera mayor para poder reclamar su trono. Para ello, embrujó la espada de Uther, clavándola en una roca, y maldijo esa roca, para que, solo el heredero de Uther, pudiera sacarla y gobernar en Cornualles -terminó de relatarle su madre, a una ya casi dormida Emory.

- ¿Y cuándo va a venir el príncipe a por la espada?

- Eso llevamos esperando más de 100 años, mi pequeño trasto. 

La joven madre, asió las mantas para tapar los bracitos de su pequeña, dejando un dulce beso en su mejilla. Se levantó del camastro y caminó los pocos pasos que la separaban de su esposo, uno de los herreros del pueblo. Este, abrió sus brazos estrechándola con fuerza contra su pecho, dejando que los latidos de su corazón, marcaran el ritmo de los suyos.

- Es tan pequeña -le dijo su esposa mirando como su hija dormía ya, profundamente.

- Crecerá -le aseguró el herrero mientras su mujer emitía un agotado suspiro.

- ¿Y crees que el destino le será favorable?

- Ella será la dueña de su destino -le aseguró su esposo besando su frente para intentar calmar todos sus miedos.

- ¿Estaremos vivos para verlo?

- La pregunta no es esa, mi amada, la pregunta es, ¿estará ella viva para cumplirlo?

* Pues nada, al fin me he decidido a publicar ésta historia, en la cual pongo mucha ilusión pues es la primera que escribo que no sea un FanFic

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* Pues nada, al fin me he decidido a publicar ésta historia, en la cual pongo mucha ilusión pues es la primera que escribo que no sea un FanFic. Por supuesto, es una historia de ficción, así que, muchos de los hechos y fechas en los que transcurren ésta historia, son inventados. 

Espero, de corazón, que os guste, y le deis una oportunidad a algo que es nuevo para mi. 

Gracias por leerme. Un abrazo para todos los que confiáis en mi para ésta historia *

 Un abrazo para todos los que confiáis en mi para ésta historia *

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La Primera ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora