★Dia cuatro★

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Felix hizo una pequeña mueca mientras apretaba las sábanas debajo de su cuerpo, sus cabellos negros estaban esparcidos sobre la superficie de la cómoda almohada, sus caderas estaban alzadas a disposición de aquel alfa, quien se movia dentro de él ...

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Felix hizo una pequeña mueca mientras apretaba las sábanas debajo de su cuerpo, sus cabellos negros estaban esparcidos sobre la superficie de la cómoda almohada, sus caderas estaban alzadas a disposición de aquel alfa, quien se movia dentro de él maltratando su interior. Haciéndole casi delirar del placer.

No sabía como llegaron a esa situación, la verdad no tenía idea, solo sabía que estaban por dormir una siesta y... después todo era borroso. Últimamente su novio siempre tenía ganas de hacerlo, no importaba si estaba cocinando u ordenando, tenía que dejarlo para atender al alfa y dejar que le rompa el culo. Y no era que se queje pero su trasero ya no podía soportarlo.

Además de tener más apetito sexual estaba mucho más posesivo y territorial que antes, no lo dejaba solo, siempre lo sentaba en su regazo y no perdía oportunidad para marcarlo con su aroma o chupones, su cuello estaba lleno al igual que su pecho y muslos, de alguna forma se las ingenió para que deje de hacerlo. Le preocupaba más los de su cuello, estuvo toda la tarde buscando remedios caseros para quitárselos, intentó con hielo, pasta dental e incluso con un peine, lo cual si funcionó, un poco.

Sintió como sus muñecas fueron tomadas con mucha fuerza y colocadas arriba de su cabeza, las embestidas aumentaron de velocidad y brusquedad. Mordió su labio inferior para regular sus fuertes gemidos, en la habitación se escuchaba el ruido de sus pieles chocando, los jadeos de Minho y la inútil forma de Felix de callar sus gemidos.

Joder, no quería tener problemas con los vecinos, otra vez. Era avergonzó cuando tocaban a la puerta y que le piden que moderara el volumen.

Luego del orgasmo Felix cayó a la cama y Minho a su lado después de que su nudo volviera a su tamaño normal.

—Tú...— Murmura con cansancio. —Te vas a tomar dos supresores juntos, ahora.—

Minho lo observó con esos ojos gatunos y lo abrazó contra su cuerpo, como si no hubiese escuchado a su omega. Felix suspiró dejándose envolver por esos brazos y de paso dormir un rato, que eso era lo que tenía planeado desde un principio.

[...]

Felix
Mañana es el último día de celo de Minho

Si ya ahora parece una máquina de sexo insaciable COMO CARAJOS VOY A HACER
MAÑANA

ME DUELE DEMASIADO EL CULO

Joder

Ahora entiendo el cansancio de Minho cuando me cuidó :(

Tomó dos supresores y su aroma ya no es
tan fuerte, pero esta con fiebre

Puto celo

REALMENTE POR QUÉ NO HICISTE UN PDF

JISUNG

Me caes mal

Me da vergüenza pedirle ayuda a Soyeon

Ok

Minho pudo sobrevivir cuidándome sin saber una mierda, yo también puedo
Enviado a las 18:50 hs.

Con cuidado se sentó sobre el regazo del alfa y ambos empezaron a cenar. Decidió pedir comida a domicilio pues en ese estado no tenía ganas de cocinar, solo hubo un pequeño inconveniente, el repartidor era un alfa y Minho al percibir el aroma de otro alfa cerca de su omega le gruñó y el chico salió despavorido sin recibir siquiera el dinero.

Y lo mismo paso con el helado, la repetidora era una omega, el que abrió la puerta fue Minho debido a que Felix se encontraba en el baño, la repartidora al oler el celo de Minho comenzó a coquetear con él importándole poco la marca de omega que tenía en su cuello. Felix al salir del baño y ver a su alfa con el helado en manos, se acercó y escuchó algunas cosas que no le agradaron, con una sonrisa falsa le dio el dinero y le cerró la puerta en la cara no sin antes gruñirle.

Minho sentía que su omega estaba molesto, pues parecía apuñalar el helado con la cuchara, y más que molesto también algo celoso. No sabía por qué aquella omega empezó a coquetearle, él tenía ojos para su omega bonito y enojón. Con cuidado, lo abrazó y apoyó su mejilla en el hombro ajeno.

Felix resopló. —Esa estúpida vio tu marca, ¡Marca que yo hice con mis colmillos! ¡Mis colmillos! ¡Tú ya tienes un omega! ¡Yo! ¡Lee Felix! Ya quisiera esa marcar a un alfa como tú. Maldita desubicada irrespetuosa, ella se llevaría bien con el de la tienda de pollo frito. Otro maldito desubicado irrespetuoso.¡Todos son unos malditos!—

Minho pestañeó y comenzó a acariciar el cabello del omega tratando de calmarlo mientras seguía maldiciendo a todo lo que se movía.

Omega bonito.—

Felix soltó el helado y vio como las mejillas del alfa se abultaban provocando que forme un piquito de pato.

—Tú eres mío, no de esa.—

...

—Sí

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Cuidando a Lee Minho²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora