Prólogo

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La casa se encontraba llena de vida, con música ochenta a todo volumen y las risas de los invitados resonando por todo el lugar

Si, muy animado, muy ruidoso y demasiado abrumador

Se suponía que era su cumpleaños, pero el más que nadie la estaba pasando terrible. "¿Por qué tenía que ser así?" Se preguntaba, pero nadie tenía la respuesta

Trato de mantener su compostura, sonandose la nariz y limpiando sus lágrimas sin éxito

Ahora ya era un hombre, no podía seguir llorando como una nena por estupideces así

Pero no podía evitarlo, lo único que quería hacer era salir corriendo de ese lugar y nunca más ser encontrado

Escuchó a lo pronto alguien tocar la puerta del baño, se erizó y trato de disimular sin mucho éxito su mar de lagrimas

-Hey- Reconoció esa voz -Soy yo-

-¿Estás bien?- Dudo mucho en responder, él ya sabía la respuesta y aún así le daba vergüenza admitirlo

-...No- Respondió, con la voz quebradiza y bastante débil, podía jurar que ni siquiera él mismo se había escuchado

Pero aún, detrás de la puerta, él sí. Y claro que le molestaba como la mierda

Solo logro escuchar un ok devuelta, antes de que unos pasos se alejaran del lugar. No pudo evitar preguntarse, ¿de verdad se había ido? Si quería ser un fastidio, hubiera ido a molestar a alguien más

Suspiró, ahora avergonzado y molesto consigo mismo y se apoyó en la pared dejándose caer hasta el piso

Miro a la nada por unos segundos, el tanto llorar le había dejado un dolor de cabeza. Capaz si ponían una canción de Selena se sentiría mejor

-Hey- No puede ser, el mismo hijohep -Te traje torta-

-No quiero ninguna "torta"- Replicó, ya molesto de que su hermano no le dejara ni  respirar

-Coco- insistió -¿Qué?-

-Sé que capaz, esto no era lo que querías... para nuestro cumpleaños. Pero, hay una razón por la que las cosas tuvieron que cambiar y no nos queda más que aceptarlo-

-...No puedo aceptar el cambio- Dijo, ahora esperando ser escuchado -¿Por qué?-

-Porque la razón por la que las cosas cambiaron, es mi culpa- declaró finalmente el colombiano. Le daba mucha vergüenza el expresar sus sentimientos y ahora más que nunca lo único que quería hacer era que tirarse de un segundo piso

Su hermano abrió la puerta del baño y lo encontró de ella con su cabeza entre su piernas. Cerró la puerta detrás de él y se sentó a su lado, apoyando su espalda contra la pared

Pasaron solo unos segundos, pero para el cumpleañero triste se sintieron eternos, realmente esperaba que el venezolano no lo convenciera, o que lo animara o que le dijera algo en absoluto

-La torta,- Dijo, por más extraño que pareciese -La hice yo, hace dos días-

-¿...Desde cuando?- No había dicho completa su oración pero su contrario ya sabía la que quería decir -Le robé la receta a la señora Gertudriz, que vive al frente, porque me cae terrible esa señora amargada-

Pestañeo un par de veces, sorprendido, antes de echarse a reír -¿Ahora le robas a ancianitos sus recetas porque te caen mal?-

-Si me preguntas, estaba totalmente justificado- Respondió Venezuela, con un tono que trataba de sonar serio y que fallaba por la risa

Por un momento, esa noche, Colombia pudo olvidar la razón por la que se habían mudado y de lo terrible que se sentía por lo que había echo

Por esa noche, le sonreirá a los invitados, cantara cumpleaños y dormirá tranquilo

Ya mañana se sentiría mal por lo que pasó. Hoy, era su único cumpleaños número 16

Historias De Un Trastornado Adolescente [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora