Atenea lucha durante años por obtener poder y posicionarse en el mundo de la mafia, mundo en el cual es toda una diosa, se apoda como la viuda, pero solo tiene un objetivo. Ese objetivo es destruir a Artemisa, calcula sus pasos, sabe donde y cuando...
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Hermanos
Atenea Morelli
Mis ansias no cesan, trato de calmar mis nervios, pero resulta imposible intentarlo, Patricia organiza todo más de lo que está, mis nervios la han llevado a hacerlo una y otra vez, no suelo tomar alcohol temprano, pero la situación me lleva a hacerlo.
― ¿Revisó la habitación para mi hermano? Las sabanas deben estar impecables al igual que los arreglos florales.― sirvo más vodka con jugo de manzana y me acerco al ventanal que da acceso al jardín.
― Ya lo he hecho cinco veces, pienso que debería relajarse y esperar calmada, todo va a salir bien.― trata de calmarme.
― Quiero que todo se encuentre en orden para cuando llegue, deseo darle buena impresión.
Paso las manos por mi cabello tratando de calmar mis nervios un poco, tomo un largo trago, siento como el líquido baja por mi garganta lentamente.
― Lo que usted desea es que su hermano no reaccione de mala manera y eso no va a suceder mi señora.― se acerca y sostiene mi mejilla.
― ¿Qué me asegura que no va a juzgarme? He durado ocho años en el anonimato, todos creen que estoy muerta, han ido a llorar a una tumba que realmente no es la mía, he causado un sufrimiento a él y a mi padre.― de solo pensar en todo lo que han sufrido mi corazón se rompe en pedazos.
― No lo hará porque sabe todo lo que tuvo que pasar, su hermano no puede ser tan cruel para juzgarla.― su mirada pasiva me transmite un poco de calma.
― Tome un descanso, la tengo toda la mañana ordenando cosas que ya se encuentran en orden.― asiente y se retira.
Me acerco al rincón en donde se encuentra Apolonia jugando con sus muñecas, recojo sus juguetes y la tomo de la mano.
― Sube hacia tu habitación y sigue jugando.― me mira sonriente.
― Está bien madrina.― toma los juguetes que tengo en mano y sube a toda prisa hacia su habitación.
Camino de un lado a otro en busca de calmarme, sé que Luciano le comentó a Artemis sobre mí, debe saber que no estoy muerta, ese es el motivo de su viaje a Polonia. Pero lo que realmente me inquieta es la reacción que pueda tomar al verme, hay muchas cosas que cuestan perdonar, al menos debí decirle que estaba viva; sin embargo, debía mantenerlo a salvo.
Tomo mi celular y marco el número de Luciano, deseo saber como están las cosas, es la única forma de calmar mis pensamientos, esos que no me dejan en paz.
― Puedes estar tranquila, Artemis está conmigo de camino a la casa.― es como si leyera mis pensamientos, sabe en el estado que me dejó.