°☾.•ˢʰᵃᵗᵗᵉʳᵉᵈ ᵈʳᵉᵃᵐˢ

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_Tal vez no debería...

Sus piernas se movían inquietas mientras se sentaba en la esquina de la cama, escuchando atentamente las voces y los aplausos provenientes del lona principal. Tenía curiosidad por ver los conciertos que tenían lugar fuera.

Kanroji estaba considerando dejar la tienda y romper el toque de queda. Era arriesgado, sabía muy bien lo que pasaba con los que rompían la orden, no era de extrañar que Sanemi tuviera varias cicatrices en su cuerpo.

Después de un rato la cama crujió cuando la mujer se levantó, caminando hacia la grieta en la lona de su tienda para ver si había alguien patrullando su perímetro. Sonrió cuando vio la tenue luz de una linterna lejana, lo suficientemente lejos como para darle tiempo de salir sin ser vista.

Mitsuri se quitó los ruidosos tacones altos, respiró hondo antes de salir de su casa, sintiendo el fresco pasto en sus pies mientras caminaba en silencio, evitando hacer demasiado ruido.

Una sonrisa tonta tiró de sus labios mientras se deslizaba entre los barriles esparcidos por los terrenos, sintiendo la ligera oleada de adrenalina corriendo por sus venas mientras evitaba ser atrapada por la seguridad.

La mujer de cabello rosado aceleró el paso escuchando el sonido de la audiencia cada vez más fuerte, emocionándose de poder ver el espectáculo también.

_¿Tu escuchó eso?

Kanroji se detuvo cuando escuchó una voz masculina autoritaria a unos metros de distancia, mordiéndose el labio mientras se escondía entre algunas de las cajas esparcidas por ahí.

_Eu no escuché nada hombre, deja de ser un idiota y vámonos.

Rápidamente reconoció la relajada voz masculina del segundo chico, recordándolo vagamente viniendo a elogiarlo después de su desempeño en todas sus presentaciones.

Observó a los dos hombres discutiendo entre las cajas, conteniendo la risa cuando vio que uno derribaba al otro, iniciando una pequeña pelea entre colegas, dejando una oportunidad para que la niña escapara.

Aprovechó la confusión y abandonó el lugar antes de que la descubrieran. Caminé rápido hasta que llegué a una de las entradas en la parte de atrás, que, por suerte, no estaba vigilada.

Sus labios se curvaron cuando entró a la gran carpa principal, sonriendo incontrolablemente al escuchar todo el ruido proveniente del escenario y al público zumbando en sus oídos, emocionado de haber llegado hasta aquí sin demasiadas interrupciones.

Caminó en silencio por la sala vacía, reconociéndola como el lugar donde los actores y actrices se preparaban antes de sus actuaciones.

Juzgó por el silencio que no había nadie en las habitaciones, al menos no en ese momento.

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Hola, espero que hayas disfrutado este capítulo :)

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