Capítulo 1: El mensaje

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Está historia comienza en el hospital del anillo de la pereza, donde en una de las habitaciones estaba hospitalizado un búho, pero no cualquier ave, sino el más poderoso en su especie, siendo el príncipe Stolas Ars Goetia.

Se preguntarán ¿Cuál es la razón por la que estaba en ese lugar?

Tras ser raptado y herido por Stricker, un asesino serial que había sido contratado por su ex esposa Stella, sufriendo muchas heridas, no podría él de alguna forma liberarse de aquel imp malvado por la cuerda angelical que lo tenía amarrado alrededor de su cuerpo. A pesar que tenía la ilusión de ser salvado por su amado... Lastimosamente no fue por él, pero tampoco lo podría culpar, pues igual que Stolas, le daba en primer lugar a su hija.

Por suerte al último momento de que el sicario le iba a hacer daño, fue salvado por el equipo M&M, quienes tuvieron un enfrentamiento con aquel diabillo.

Por sus heridas, Stolas se desmayó ante la pareja de demonios, lo llevaron urgentemente al hospital.

Siendo noticia en todos los anillos del infierno.

Pero tras dejarle un mensaje de texto a Blitz de que podría visitarlo durante los días de observación, esté nunca respondió, los días iban pasando y ningún rastro del que pensaba que era el amor de su vida.

"Sera mejor romper este trato del grimorio" Dijo para sí mismo, soltando un profundo suspiro, mientras veia la ventana desde su cama con la última esperanza de ver a su imp, ya que solía entrar en los lugares menos inesperados, pero sabía que eso nunca iba a ocurrir.

Luego oyó un portazo que hizo cobrarle de nuevo a la realidad de sus pensamientos.

Era Octavia que estaba en un estado no favorable, ya que venía de muy lejos a visitar a su padre, tras enterarse de su trágico acontecimiento. Respiro tres veces tras esquivar a todos los periodistas chismosos ante lo que pasaba detrás de la habitación del príncipe.

– Bola de bastardos... ¿Qué les importa?, lo único que quieren es puro chisme de nosotros – hablo Vía toda agitada ante su llegada, sosteniendo la puerta, sin embargo con su magia puso el seguro, para así ir directamente a los brazos de su querido padre. – te extrañe papá – Stolas le correspondió aquel afecto de su propia hija.

– Yo igual te extrañe mi muchuelita. – Aclaró cálidamente, puede ser que no sea su querido diabillo, pero su hija era para él su gran tesoro que tuvo desde que nació y nadie podría arrebatarle ese cariño por nada del mundo.

Pasaron unas horas juntos jugando diversos juegos de mesa que ambos anteriormente jugaban cuando Vía era solo un polluelo, pero que por los reporteros que había ahí, por lo cual no tenían escapatoria de salir de ese cuarto.

– Te gane de nuevo papá. – Dijo Vía con una leve risa al final, moviendo su ficha rosa con una estrella blanca, dejando atrás la tapa verde con una media luna y media dibujada en el objeto.

– Oh que mal, pensé que está vez ganaría, – intento fingir su voz como de derrota, pero en el fondo se estaba divirtiendo, al pasar un rato agradable con su hija – pero veo que eres una chica bastante lista.

Ambos rieron.

Aunque todo acabaría tras una visita inesperada.

– Ahora todos para afuera, malditos metiches, no hay nada que ver por aquí. – Era la voz del ex cuñado del príncipe Andrealphus, quien iba junto con Stella, que al entrar la extravagante ave, pusieron nuevamente el seguro. – Vaya, en estos días al parecer los plebeyos no conocen la palabra respeto, – aclaró exaltado, quitándose el polvo de su traje – pero bueno – vio a su ex cuñado y se acercó a él – Vinimos aquí por nuestro querido Stolas. – Intentando que realmente se preocupaba por el que alguna vez fue esposo de su hermana.

Ganarse el corazón de un Ars GoetiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora