Capítulo 15: El secuestro

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Hola, ya se que ha pasado tanto tiempo 😔 y la verdad extrañe actualizar la historia, pero ha pasado muchas cosas en mi vida desde depresión, estar ocupada con la universidad y otros asuntos personales. Tal vez este sea el último capítulo antes de que se estrene "Luna llena" pero espero que sea de su agrado este capítulo que escribí, póngase cómodos, que este capitulo está algo largo 💜.

Flashback

En un gran jardín lleno de flores rosas estaban jugando tres polluelos, uno de ellos una lechuza con gafas cargaba las cosas de los otros polluelos. Pero se separó de ellos ya que solo era "el asistente" de esos niños que llevaba sus cosas en sus delgados brazos.

— Voy al baño.— Hablo tímidamente el ave con gafas.

— Si, si, puedes ir, no te tardes Laurent. — Hablo la ave con plumaje blanco y rosado, quien ya estaba recargado en la espalda de su hermano.

Ante esto se levantó, yendo caminando por ese inmenso jardín de sus primos.

— Vaya si que no te han echado agua. — Esa voz no le parecía familiar, por lo cual se acercó al arbusto, movía las ramas para ver en silencio a un pequeño búho con vestimenta lujosa que le estaba echando con la regadera agua a la planta.

Se quedó asombrado de la amabilidad de ese polluelo por la planta que estaba casi marchita y que poco a poco recuperaba fuerzas para levantarse.

— ¡Ey! — Una voz familiar le gritó a la lechuza con gafas, haciéndolo chocar con una rama. — ¿Qué tanto ves? — Dijo con una voz haciéndose el gracioso, para asomarse y posteriormente ver a su primo ahí en el suelo. — Ah entonces ¿Estabas espiando al príncipe Stolas?

— Yo... — Quería explicar la verdad, pero las palabras se quedaron en su lengua sin poder soltar ninguna frase, ya que sentía nervios de lo que pensara Andrealphus.

— Déjate informar que ese patético príncipe jamás se fijaría en tí , no estás al mismo nivel que él, además ya está comprometida con Stella. — Ante esas palabras se desánimo ese polluelo, pero sin darse cuenta se fijó que el pavo real se acercó al búho, para tomar la otra regadera que estaba ahí en el suelo, para sostenerlo y echar agua a Stolas. — Uy, lo siento, pero necesitabas agua al igual que esa asquerosa planta. — Se rió, sin embargo solo Laurent se quedó viendo apenado por no poder ayudar al pequeño Stolas, y eso nunca lo olvidaría por el resto de su vida.

Más al rato ya en casa Laurent estaba leyendo su libro favorito de cuentos que le había comprado su padre en el mundo de los humanos. Pero escucho la puerta de su habitación abrirse:

— Laurent. — Se sentó en la orilla de la cama.

— ¿Qué pasó papá? — Pregunto la lechuza que se acercó al adulto.

— He estado pensando y creo que lo ideal es que continúes tus estudios en el mundo de los vivos, ya que de por que me habías comentado que en tu escuela solo se hacen mensos, de igual forma pretendo que conozcas otros sitios más que solo el infierno.

El pequeño no dijo nada ante la decisión que tomo su padre, haciendo sus maletas.

Al día siguiente en la mañana tenía su pequeña mochila con sus pertenencias, sin embargo al esperar el tren junto a su padre, se quedó viendo al cielo rojizo muy característico de aquel lugar.

Ya adentro del tren solo se quedó viendo el paisaje que en ese entonces pensaba que nunca volvería a ver, pero le venía en la mente de nuevo esa escena dónde Andrealphus molestaba al príncipe búho, reflejando una faz de culpa hacia si mismo. Aunque en el fondo de su corazón esperaba que las cosas le fueran mejor a ese ser noble con el paso del tiempo.

Ganarse el corazón de un Ars GoetiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora