Nanami.
Observé a T/N salir corriendo de mi oficina y mi mandíbula se crispó por cómo cerró la puerta de golpe, el sonido vibrando en las cuatro paredes de mi oficina. Un suspiro escapó de mis labios y pasando una mano por mi cabello sin importarme si lo desordenaba.
Hace cinco horas, no esperaba volver a ver a T/N en mi oficina, después de que rechazaron mi oferta. Tomé el ascensor con ella antes y no pude evitar mirar su atuendo. T/N siempre se veía bien... pero en la ropa que le envié? Se veía hermosa y mi estado de ánimo mejoró inesperadamente tan temprano en la mañana.
Después de ese breve encuentro, estaba tratando de encontrar formas de volver a verla pero la idea se desvaneció cuando mi recepcionista habló por el intercomunicador.
—Sr. Nanami, señor—Escuche su voz temblorosa. ¿Todavía está nerviosa por trabajar conmigo? Ya lleva dos años aquí.
—Sí—Hablé, pasaron unos segundos antes de que ella hablara.
—Señor, alguien está aquí para...
—No tengo ninguna cita hoy, diles que vengan en otro momento—Solté el botón y procedí a leer el informe que se me envió. No estoy de humor para interactuar con nadie, no aparté la vista de la pantalla de mi laptop cuando sentí que mi teléfono vibraba. Lo ignoré apretando la mandíbula, quien quiera que haya sido, no es importante. Deberían saber mejor que no deberían molestarme durante las horas de trabajo. Mis asociados saben que solo atendería a aquellos que tienen una cita. ¿Que tan difícil es eso de entender?
—Señor Nanami, espero que no estés ocupado—Levanté una ceja ante la voz familiar. Ryomen Sukuna, inhalé profundamente y pellizcando el puente de mi nariz con frustración. Era demasiado pronto para tratar con él. Este hombre siempre ha estado tratando de "hacerse amigo" de mí, pero no le presto atención, es un hombre de negocios despiadado al que le gusta jugar sucio y no iba a desperdiciar los 7 años de construir Zoriva solo para que un hombre como él destruyera mi reputación. El hombre impaciente que es, habló de nuevo.
—No tengo todo el día, Nanami—Dice con voz cantarina. Como no quería que acosara a mi empleada más de lo que ya lo había hecho, decidí dejar entrar al irritante hombre. Antes de que pudiera volver a hablar con el intercomunicador, una notificación en mi celular me obligó a apartar la vista del intercomunicador, era un mensaje que me enviaron, guardo el celular. Tendré que lidiar más tarde con ese mensaje mi mente volvió gracias a la interrupción.
—Adelante_Hablé por el intercomunicador, bastante molesto. Una vez que se escuchó el zumbido, las puertas se abrieron y el hombre de cabello rosado entró como si fuera el dueño del lugar. Mi recepcionista, Mina, abrió las puertas para él y Sukuna ni siquiera parpadeó ante su figura luchando. Mina hizo una reverencia, lanzando una sonrisa de disculpa en mi dirección. Asentí ante eso dirigiendo mi atención al hombre despreocupado que caminaba hacia mí con las manos dentro de los bolsillos.
No veo a sus guardias a su lado por primera vez. Deberían estar al acecho fuera de la puerta y mi mandíbula estaba apretada esperando que Mina esté bien afuera. Me aseguraré de verla más tarde, el hombre con un polo negro de manga larga con los primeros botones desabrochados estaba de pie en medio de la habitación, observando bien mi oficina. Él asintió, como si estuviera hablando consigo mismo con una mirada divertida plasmada en su rostro. Hice un sonido con mis dedos en la mesa a paso lento y me siento en mi asiento.
—No tengo tiempo para esto. ¿Qué te trae por aquí, Sukuna?—Digo para que al fin hablé para hablar de negocios. El inclinó su cabeza, lentamente haciendo contacto visual conmigo con una pequeña sonrisa jugando en sus labios.
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𝙨𝙪𝙜𝙖𝙧 | nanami k.
Fanfiction¿𝐄𝐬𝐭𝐚 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐮 𝐣𝐞𝐟𝐞 𝐬𝐞𝐚 𝐭𝐮 𝐬𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲?. 𝐏𝐨𝐫 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐲 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐩𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚. 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐚 𝐚𝐥 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐧𝐨𝐥...