CAPÍTULO IV

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Katherine.

Después del día que tuve ayer, estoy dispuesta a levantarme de la cama, arreglarme e ir a la escuela.

No quisiera ver a Félix de nueva cuenta. Me estresa. Siento que me hastía su sola presencia.

Debería dejar de pensar así de el, no me ha hecho nada y no soy de esas personas que solo critican a las personas sin conocerlas.

Puedo ser la peor persona del mundo, pero jamás hablaré mal de una persona.

«¿En serio Katherine?, ¿Qué me dices de Félix? »

Mi consciencia no me deja tranquila, algún día me voy a disculpar porque si no hago eso, no puedo dormir tranquila.

No entiendo a las personas que pueden dormir tranquilas, no puedo vivir así. Simplemente no puedo. Las personas que matan, roban o hacen algo con alguna persona que solo han hecho mal a otras.

—¿Estás lista hija?—Me pregunta mi mamá cuando bajo de las escaleras ya con la vestimenta que llevo hoy.

Un vestido de tercio pelo. Me gustan los vestidos y la ropa holgada. Los vestidos son para ir a la escuela y lo holgado es para salir o simplemente una blusa de tirantes y un “pantalón”.

Falda me he puesto varias veces. Aunque los pantalones de verdad no me pongo, siento que se me ve todo. Lo único que no me gusta, son los vestidos muy pegados. A ciertas chicas les gusta ese tipo de vestimenta pero a mí no. A algunas les gusta el maquillaje, y a mí no. Todo lo que tiene una chica en realidad, lo que según debe ser una, no soy de esas. Aunque si me peino bien, me gusta verme bien pero a mí manera.

Hubo algunas cosas que a mí “ex” novio no le gustaban, por ejemplo que me pusiera pantalón, esa es la razón por la cual no me visto como quiero. No me gusta sus comentarios machistas, y ahora quiere venir y hacer como si nada pasó.

Me hacía sentir muy mal. Además me criticaba demasiado, mi forma de vestir, hablar, hasta pensar. Me preguntaba todo el tiempo que hacía. Y se ponía celoso todo el tiempo. Me exigía mucho, peleábamos mucho. Y yo a veces le perdonaba todo lo que me decía o incluso lo que le decía a sus amigos de mi. Ellos lo oían y me lo decían a mi. Podrían ser muy sus amigos pero los comentarios que hacía de mi, eran muy… tal vez no grotescos pero si me llegaron a lastimar. Debo aceptar que alguna vez lo conocí y que quise estar con el, hasta toda mi vida.

Y tampoco le digas sus cosas o lo hagas enojar, porque no lo soportas.

Algunos de sus amigos, dejaron de ser amigos de el, por lo mismo.

Era todo un caso Daniel, hasta que me fastidié de su presencia. Quise ser muy comprensiva con el, pero no pude más, porque no cambiaba. Lo único que agradezco, es que a pesar de ser todo eso. Nunca me tocó un solo pelo. No sé hasta donde llegaría yo, si me tocara o me hiciera algo malo, pero todo fue emocional, psicológico. Casi todos los días recibo mensajes por parte de el, preguntándome que como me encuentro, que no me ha visto y solo lo dejo en visto, o simplemente no veo el mensaje porque durante mucho tiempo hizo lo mismo, y solo no me deja en paz, quiero que lo haga, que yo pueda superarlo y desde ahí pensaré si puedo ser su amiga, solamente.

Yo solo quería decirles mi tipo de vestimenta y salí recordando a mi “ex novio”.

No he tenido muchas cosas en que pensar, ni amigos con quién divertirme o salir. Yo solo quiero tener amistades, pero como soy, no me es posible nada de eso. Me gusta por lo pronto estar sola. No voy a terminar así, lo prometo.

A veces quisiera a alguien que me aceptara como soy. No como realmente me veo. Me refiero a lo interior, que no se valla nada más por el exterior, que a veces si importa. Pero no para mí.

Chaos over everything Donde viven las historias. Descúbrelo ahora