Un viaje en el tiempo © MDZS

11 - #Miedo

Los gritos eran brutales, se escuchaban diversas súplicas y pequeños golpes salir de su habitación.

Lan Qiren sintió un frío aire pasearse por su espalda y la duda en sí abrir la puerta de su habitación era buena idea. Hace unos 20 minutos lo habían examinado y dado de alta para que pueda seguir con sus labores.

En este caso, el problema con esos extraños que decían ser del futuro.

— ¡Noooo, por favor!

— ¡Se lo ruego!

— ¡Por lo que más quiera en la vida, no lo haga!

Dioses benditos.

No podía quedarse de brazos cruzados.

— ¡Qingheng-Jun, si quiere me arrodilló ante usted!

¡¿Qué estaba haciendo su hermano ahí dentro?!

No aguanto más esa extraña sensación y abrió la puerta de golpe dejando a su vista la catastrófica escena.

— N-no tiene porque agacharse futuro líder Jiang, levántese.

— ¡Por favor, no llame a mi papá!

— ¡Hermano Xichen, por favor! — se arrodilló también. — No llamen a mi tío.

Jiang Wanyin y Wei Wuxian estaba de rodillas y tirados en el suelo rogando, gritando y un poco más llorando.

— ¿Qué esta pasando aquí?

— Qiren. — al ver a su hermano, Qingheng-Jun se sintió aliviado. — Ayúdame. No sé como calmarlos.

Habían intentado de todo.

Y todo paso después de que les dijo que había mandado a llamar al líder Jiang Fengmian a la secta de Gusu para aclarar los asuntos que parecían tener pendientes por la presencia de las duplicas de sus hijos.

Pero por otro lado...

— ¡Quiero a mi papá! — exigía Jiang Cheng.

— Necesito al tío Fengmian. No, ¡quiero a mi tío Jiang!

Ambos tuvieron que agacharse para evitar el bastón de madera que les había lanzado Jiang Wanyin.

— ¡Cierren el maldito osico! No saben lo que están diciendo.

— Wanyin, cálmate. Podemos tratar de razonarlo mejor y- — una mirada desafiante se filtro en los ojos de Jiang Wanyin. — No dije nada.

Hacerse a un lado era más razonable.

— Wei Ying.

— Silencio, esposo. Estoy hablando. — se detuvo de golpe y alzó su mano en señal. — Cómo le decía Qingheng-Jun, si quiere ver vivo a sus hijos...— trago en seco. — ¡No lo llame!

El líder Lan no sabía que hacer, su corazón se encogió con fuerza al ver a esos dos omegas suplicarle.

— Maestros, por favor...levántense.

Trato de obtener la ayuda de su hijo mayor pero Lan Xichen ni siquiera quiso decir alguna palabra, su querido Lan Zhan seguía en trance, sus hijos del futuro parecían ni siquiera querer arriesgarse. Y Qiren...

— ¿Qiren? — ya no estaba.

Él había decidido salir de esa situación. De repente recordó que tenía que enviar algunos reportes qué su hermano no había podido hacer por su hora de meditación en su reclusión.

No es como que no quisiera ayudarlo, claro.

— ¡Lan Qiren!

Ahora, sumándole las súplicas del hijo menor del líder Jiang, Jiang Cheng y su discípulo principal, Wei Ying...