04 - Ay, el amor...

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— Ya que. Igual tenía que quedarme aquí.

Sí, los habían atrapado. Y lo peor, es que se la había pasado juzgando la seguridad de los recesos de la nube.

Pero ahora estaban ahí, de nuevo, en el gran salón, ya sin ser amenazados. Los discípulos habían retrocedido de inmediato al notar esas miradas filosas en ellos, pero estaba bien.

Una platica calmada y tranquila.

— Ahora, sí. Hablen.

— Escuche, gran maestro. — Jiang Wanyin suspiro pesado. — Como líder de secta ya le he faltado el respeto, así que en primer lugar me disculpo por eso.

¿Qué? Era responsabilidad de un líder ser respetuoso. Y sí, tal vez había pasado demasiado tiempo como para que cayera en cuenta de eso, pero mientras escaparon descubrieron una cosa.

— Mmn. También me disculpo. —vaciló Wei Wuxian — Bueno en realidad no. Ya debería de estar acostumbrado a mi comportamiento.

— ¡Tu-

— Mire, ni siquiera queríamos venir. Esto fue un error.

— Mmn. Estábamos resolviendo un caso que llego de los discípulos de la secta Lan y terminamos aquí.

Jiang Wanyin quería golpear a Wei Wuxian para que dejara de decir "Mmn" tal vez después de todo tanta convivencia con Hanguang-Jun si le había afectado.

Maldito roba hermanos.

— ¿Tienen pruebas acaso? ¿Cómo podría asegurarme de que dicen la verdad?

"..."

No, pues si tiene razón. Tiempos en los que los clanes se veían afectados por amenazas secretas, que en realidad venían del Clan Wen.

Tiempos difíciles.

Nunca se olvidarían de eso.

— Justo en este momento le llegará un carta sobre una reunión con la secta Nie. — soltó de repente Wei Wuxian.

— ¿Qué?

Jiang Wanyin recordó el momento exacto en el que un Nie Huaisang salvaje interrumpió en su cuarto gritando que tenían días libres, todo porque su "fiel" Meng Yao se lo había informado.

¡JA! Disque fiel amigo termino siendo un rata inmunda.

— Para ser más precisos, no somos de este tiempo. — habló con firmeza. — mientras que unos golpes se escucharon en la puerta. — Y ya es hora.

Recordaban como lucia el día en el que les dieron esa noticia, pues todos los salones se encontraban cerrados, eso quería decir que había recibido una carta o mensaje de antemano.

Y como lo dicho antes, un discípulo entro con carta en mano para el gran maestro sugiriendo urgentemente de su presencia en la secta Nie para unos asuntos de territorio.

Lan Qiren no podía creerlo.

— ¿Cómo es posible que...

— No revelaremos más, no sabemos en que línea nos encontramos. — Jiang Wanyin se sintió curioso. — Al principio creí que volvimos al pasado, pero ahora que veo todo con más claridad creo que estamos en otra línea temporal.

— A poco piensas.

— ¡Jiang Cheng! Mi querido didi, sigues rompiendo el corazón de tu hermano.

— Tsk. — rodó los ojos. — Tiene que irse. — se dirigió a Lan Qiren. — Sabemos que este momento Zewu-Jun se está encargando de dirigir el problema con el lago Biling. No tiene otra opción más que tener que irse.

Y aunque Lan Qiren desconfiara de dejar a esos extraños en la secta junto a sus sobrinos y hermano, accedió.

No había otra opción.

— No se preocupe, gran maestro. Lo ayudaremos.

— Mmn. Será como agradecerle por no habernos matado. Aunque, primero esta prohibido y segundo no es como que pudieran hacerlo.

Los investigaria después.




















































— No es por nada, pero...Zewu-Jun, ¿tiene algún problema conmigo?

Un pequeño Jiang Cheng se había percatado de la extraña mirada que Lan Xichen le dirigía. Pero este seguía sin reaccionar del todo.

— Discúlpalo, Jiang-xiong. — intervino Nie Huaisang. — Esta procesando información en este momento.

— Pues dile que es incómodo.

Sí, porque era incómodo tener que evitar sonrojarse ante aquella dulce mirada. Definitivamente, Lan Xichen era alguien peculiar.

— Xichen.

— ¿Si?

Por unos instantes, Lan Qiren dudo en dejar a cargo a su sobrino mayor.

— Te harás cargo de la secta hasta mi regreso. — todos notaron como la por tura del primer jade cambió. — Si tienes algún problema no dudes en ir a preguntarle a tu padre.

— Padre...— repitió. — ¡Le tengo que contar a mi padre!

Y como si de un niño pequeño se tratase, todos vieron a Lan Xichen caminar emocionado hasta quien sabe donde. No todos sabían donde residía el líder de secta Lan.

— Tío. — Lan Qiren sintió la preocupación de su sobrino menor. — Hermano...

— No te preocupes, Wangji. Tu padre sabrá manejar bien este asunto, seguro conversará con Xichen sobre su comportamiento.

— Mmn.

— Ahora, ya que he venido hasta aquí. — Lan Qiren suspiró. — ¡Wei Wuxian!

— ¿Ahora que hice?

— Regresa a copiar las reglas qué te faltan. Ni creas que por irme evitarás copiar todo.

Y desde lejos un Wei Wuxian del futuro observaba todo con gracia, ahora que sabia que esta línea no afectaría a su tiempo podía aprovechar en generar pequeñas travesuras.

Y quizás mejorar el pasado horrible que tuvieron todos.

— ¡Wei Wuxian, ya bajete de ahí!

La rama del árbol gritó libertad al sentir el peso desaparecer.





















































































Y en un lugar alejado de las demás cabañas.

— ¡Padre, padre!

Ni siquiera se espero en tocar la puerta, solo la abrió y entro casi corriendo.

— A-Huan. ¿Por qué tan emocionado?

— Padre. — sonrió en grande. — ¡Acabo de conocer al amor de mi vida!

A QingHeng-Jun casi se le cae su taza de té al escuchar eso.

— Detalles, A-Huan, detalles.

Era momento de sacar todos los libros, chismes, cosas y notas que le dejo su querida esposa en caso de que esta situación se presentará en el futuro.

¡Y estaba sucediendo!

— Todo comenzó desde que...

Un viaje en el tiempo © MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora