¿primer celo?

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Altagracia al día siguiente, el 31 de Marzo 2019, decidió recibir el día con un beso abrazo y desayuno para su Papi, José Luis.

Altagracia no paraba de recordar las cosas que gritaba en esa noche de pasión, la palabra que más recuerda es "Papi".

Esa palabra nunca se la quitó de la cabeza ese día.

Despertó a José Luis, hizo que se pusiera guapo y regresaron a casa, tomados siempre por la mano, ya no se separaban ni para ir al baño, a cada rato se daban besos, un beso casi les quita un brazo mientras manejaban, pero eso les dió más adrenalina, seguían y seguían diciéndose lo mucho que se amaban y también platicaban de que posición nueva hacer esa noche.

Más o menos a las 9pm llegaron a casa, no fueron directo a ella, pasearon por la ciudad, por su barrio y conocieron algunos rincones de la calle en dónde vivían e hicieron amistades muy buenas en esos dos días.

Conocieron a alguien que le llamó mucho la atención de José Luis.
Era un hombre de tamaño normal, casi de su estatura, no era musculoso pero tenía sus ojos siempre en Altagracia y eso le incomodó mucho. Sus ojos eran de vidrio, te podías ver solo tú, no te podías imaginar o pensar en lo que deseaba. Sus ojos eran impenetrables era cómo ver un alma vacía, sin sentimientos, un alma echa de hielo.

Altagracia no le dió importancia a ese hombre porque solo estaba pendiente de su Papi, el amor que ama más que a nadie.

Estando en casa Jose Luis le dió una escena de celos a su Perrita, nombre no violento, solo que se le salió cuando estaba Altagracia pues ya saben... Tomando eso blanco.

- Altagracia Sandoval de Navarrete! Mi amor, no quiero que te fijes en nadie más que no sea yo mami, espero me entiendas ¿si? -Le dijo José Luis a Altagracia miestras ella se cambiaba y se ponía algo cómodo para dormir.

Altagracia le dió una sonrisa coqueta para decirle que en ese momento solo estaba locamente enamora de él.

-Papi, ya te dije que ese tal Ramón no me importa, es un viejo cuarentón. -Le dijo Altagracia mientras se soltaba el pelo y se acercaba a el, el tal Ramón, era el vecino raro, el que les hablé hace poco, su nombre era Ramón Ramírez. Un nombre muy común, según ella.

Altagracia se quedó cara a cara con José Luis, ambos se quedaban viendo los labios del otro con mirada de deseo total.

José Luis aún no se cambiava ni nada, así que Altagracia le ayudó a desvestirse y le dió una pequeña ayuda para que se durmiera rápido.

Esa noche fue aún más apasionada, las luces se pusieron rojas con la canción más sexy de fondo.

Altagracia sacó su lado erótico, José Luis amaba verla arriba y ver su cara de excitada, lista para besarlo.

José Luis paró un segundo y le preguntó algo.

-Ya sabes cómo ponerte las esposas verdad? -le preguntó Jose Luis con voz pícara mientras las sacaba de un cajón de sus calzoncillos.

Las esposas eran rosadas y suaves.

Altagracia se las puso sin un problema y se puso en cuatro con las manos hacia atrás.

José Luis sujetó las manos de Altagracia mientras el le hacía el amor.

[...]

"Altagracia mi amor, hazme desayuno por favor" decía José Luis mientras de despertaba, pero estaba más dormido porque era su pensamiento, y no decía nada en literal. Así que Altagracia siguió durmiendo junto a el hasta el medio día. Se despertaron por un fuerte ruido provenir de la casa al lado.

-¿Que fue eso? -preguntaron ambos al mismo tiempo viéndose.

Ese mismo ruido se escuchó veces repetidas hasta que tuvieron el valor y vieron por la ventana. No creían a sus ojos, era...

¿Seré yo la tonta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora