Diferencia Horaria | Leosagi

Capitulo 14

Sentimientos Compartidos

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Usagi ama a Leonardo.
Le ama lo suficiente como para creer que no debería estar a su lado por su forma de vida, por como las circunstancias le habían tratado y como él las había llevado.

Usagi estaba asustado de romper a Leonardo con su capacidad de volver a cometer el mismo error más de una vez.

Usagi ama a Leonardo y cada vez que lo veía a los ojos encontraba la joya más bella y la posibilidad de un futuro a su lado, pero ¿Qué pasaría con él? ¿en algún momento tendría que decidir si entre Leonardo o su vida en su dimensión?

¿Quizás era mejor de esa manera?

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Esa era la línea de pensamiento de Usagi al momento de caminar por las largas praderas de sus tierras. Tenía el corazón pesado, casi como si tuviera piedras en el pecho y lo peor de todo era que él mismo había puesto esas dudas en su mente.

Mientras caminaba no podía evitar querer dejar de pensar en Leo, simplemente estaba ahí y el imaginar su rostro dormido la noche en que se fue le hizo sufrir, pero a la vez quería pensar que se quedaría de esa manera tan tranquila y feliz para siempre...

Ha pasado una semana, ya no estaba tomando el tiempo y realmente se estaba dedicando a trabajar y trabajar buscando apaciguar su mente, sus deseos y el corazón que él mismo había roto y llenarlo con el calor de la batalla.

El tener la cabeza en otro lado tampoco ayudaba demasiado a su trabajo, seguia siendo difícil que le dieran un golpe certero, pero en algún momento su brazo fue herido rompiendo su manga. Aquella herida le dolió demás, no fue especialmente profundo, pero si dejaria una marca...

El conejo tenia conocimientos de medicina general, había ayudado a varias personas en su momento bajando fiebres, ayudando a disipar infecciones, mientras estuviera a su alcance siempre podría ayudar, pero esta vez no se ayudó a él mismo.

Después de matar a su oponente simplemente se preocupó de que el sangrado se haya detenido y se movió hasta la aldea donde pensó en que podría comer algo, tenía dinero acumulado y simplemente deseaba llenar su estómago después de unos días sin mucho apetito.

Usagi se movió con calma por el lugar, sin llamar demasiado la atención de las personas hasta que la voz de una dama se hizo presente en sus largas orejas.

—¡Usagi!

El joven busco a la dueña de aquella voz y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
Era Kitsune, una buena amiga suya quien le estaba saludando y acercándose con cierta emoción para tomarle del brazo —afortunadamente el que no estaba herido—

—Kitsune, tiempo sin verte

Usagi disfrutaba de la compañía de esa joven, su curiosa naturaleza y carisma siempre le hacia pensar en otras cosas, aunque nunca se confiaba con sus pertenencias cerca de ella. La joven le estaba sonriendo y le invitó a caminar por el pueblo mientras se movían...

—-No sabia que te movías por aquí, Kitsune... ¿sigues haciendo lo que una chica tiene que hacer para seguir o ya buscaste un trabajo más convencional? —Usagi tenia cierto tono con ella, era algo divertido.

—-Mientras estoy por este pueblo, si de hecho... —le contestó con una sonrisa curiosa en los labios. — Un restaurante, les sirvo sus alimentos, hablo con ellos, ya sabes, lo típico