Capitulo 2

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La Tortuga y el Conejo
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Un rōnin camina a las afueras de un pequeño pueblo.
Ha cumplido un trabajo corto por la zona y aquel pueblo era su lugar de descanso por lo que podrían ser días, máximo una semana.

El sonido de espadas chocando y esfuerzo le llamo la atención, pero intento ignorar el ruido...

... Ka-tang – hah! – Ka-tang – Ka-tang ...

El samurái escuchaba el ruido, pero se negaba a prestarle atención.
No quería prestarle atención.

... Ka-tang – hah! – Ka-tang – Ka-tang ...

Suspirando el rōnin se acercó de donde venía el ruido y simplemente su desinterés se transformó en molestia la cual se notó en su rostro de la manera más obvia...

Tuvo que ir a intervenir.

.

.

.

La tortuga la había cagado realmente.
Se había distraído por medio segundo y ahora estaba entre la espada y la pared.
Tenía unos milisegundos para reaccionar, pero fue interrumpido por una nueva figura la cual se movió con rapidez.

Leonardo cayó sobre su trasero en el momento en que vio a la nueva persona.
Pelaje blanco, orejas largas sobre su cabeza, movimientos fuertes y llenos de talento o quizás mucha práctica.

La persona parecía un espadachín sumamente talentoso, no le importaba que sus ataques pudieran ser mortales y por eso logro deshacerse de los atacantes con facilidad, se notaba que los atacantes le conocían y algunos escaparon en el momento en que su espada desenvaino.

La tortuga estaba viendo a su héroe, su cara estaba en un tono rojizo al ver la expresión seria y llena de molestia de quien vino a su rescate... era sorprendentemente atractivo y le estaba haciendo dudar demasiado- no entendía porque.

Cuando los atacantes se fueron, Leonardo pudo ver que la persona era un conejo y este se le había acercado ofreciéndole la mano, aun con una mirada bastante seria.

Leonardo sentía que su cara estaba extremadamente caliente ¿el otro podia ver su vergüenza? Lo más probable era que sí, pero no hubo comentarios.

—Esos ninjas te tenían en apuros, no pude evitar intervenir al ver sus métodos tan deshonrosos —comento el conejo sintiendo la mano de la tortuga sobre la suya.

Con un poco de fuerza le ayudo a levantarse y logro verle con más detalle.

—Estaba bien- Solo... solo me distraje un poco —contesto Leonardo algo avergonzado. El conejo era más bajo que el por una cabeza y sus orejas llegaban a su altura. Era una imagen curiosa...

Leonardo estaba algo apenado en aquel momento, aquella persona se veía tan genial por lo que se paró derecho colocando sus katanas en las fundas de su espalda con una aparente confianza.

—Podia con ellos, lo hubieras visto si te quedabas donde estabas durante un segundo más —dijo la tortuga con una sonrisa la cual hizo que el conejo tocara su mentón con curiosidad.

—Puedo ver que eres un espadachín bastante habilidoso, debo admitir que quede sorprendido al verte pelear, pero tu técnica carece de orden... eso también influye en la manera en que te mueves ante el enemigo.

El conejo tenía razón y la confianza de Leonardo se hizo vergüenza haciendo que la tortuga rascara su cabeza algo apenado.

—Lo sé, pero es parte mi esencia sabes, no se puede ir siempre por las reglas —le contesto notando la mirada del conejo quien estaba tranquilo al escucharle.

Diferencia Horaria | LeosagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora