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Después de aquel inesperado encuentro en esa cafetería, el par de chicos y el pequeño bebé siguieron encontrándose en distintos lugares. Y en cada una de esas oportunidades Jeon no dudaba en acercarse a Park y cruzar unas pocas palabras.

Era como si el chico tuviese alguna clase de imán que le atraía hacia el completamente. Y que decir de su pequeño Boyoun, el bebé estaba encantado con el chico, Jimin no podía resistirse a aquellos adorables ojitos que le veían con atención cada vez que se encontraban en cualquier lugar.

Jamás pasaba de una caricia en las mejillas o en su cabeza. Sin embargo aquello parecía ser suficiente para el menor que suspiraba gustoso en los brazos de su padre.

Jeon siempre mencionaba el destino. Y le regalaba lindas sonrisas que le hacían sonrojar, a la par que aceleraba su corazón. ¿Así se sentía estar vivo? Porque comenzaba a acostumbrarse a la linda sensación en el estómago, a su rostro caliente por los sonrojos provocados y a la presencia de aquel par, que poco a poco comenzaba a ser más frecuente.

¿Finalmente sus deseos habían sido escuchados? ¿Aquel era el comienzo de algo? De ser así, ¿El comienzo de qué, exactamente? Se sentía tan entusiasmado como asustado. Así que sin siquiera planearlo comenzó a hablarlo con su psicóloga.

Había comenzado a ir tras meses con aquellas crisis existenciales, el vacío que sentía en su pecho gracias a la monotonía, la soledad que le reconfortaba a la vez que le llenaba de miedo y ansiedad. Había tantas cosas en su cabeza que creyó lo mejor sería ir con un profesional para así ordenar un poco su mente y aligerar aquel peso en su espalda.

Cómo en todo, había días buenos y días malos. Pero poco a poco aprendía a sobrellevarlo. Aunque a veces lo mejor era distraer su mente y para ello eran todas aquellas clases extra a las que asistía entre semana por las tardes.

"Tal vez lo mejor es que dejes que las cosas comiencen a fluir" aquello se había convertido en un mantra para el después de escucharlo por primera vez. Era difícil, pero al menos lo intentaba.

Así que ahí estaba ahora, tras un mes de encuentros imprevistos en los lugares más inesperados. Había aceptado una cita con Jungkook y su pequeño. 

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