Parte I

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OCHO AÑOS ATRÁS

Abrí la puerta principal de mi casa, para ir al restaurant de la esquina a comprar una merengada de chocolate, mi favorita.
-¡Rebeca! –Dice mi mamá deteniéndome. – ¿A dónde vas?

-A la esquina.

-Tienes trece años, no puedes salir sola.

-Vuelvo pronto.

-Es peligroso. –Su mirada imponía respeto. Algo que yo no solía ofrecerle. -Regresaré pronto. –Salí corriendo hacia la acera mientras mi mamá gritaba molesta.

Al llegar al restaurante le pedí a la camarera una merengada de chocolate con crema santilli encima. Busqué un asiento en la barra y me senté al lado de un chico que por alguna razón no había visto antes, y eso era raro porque yo conocía a todos en el vecindario. Era rubio, tenía los ojos verdes y era de mi estatura. Él estaba haciendo una tarea de matemática, de polinomios. Ese era un tema que no entendía pero parecía que a él se le hacía fácil. Cuando vi la factura que me entregó la mesera me di cuenta de que me faltaba dinero y busqué en mis bolsillos pero no encontré más. Entonces el chico de al lado me dio lo que faltaba con una sonrisa en la cara.

-Gracias. ¿Cómo te llamas? –Le pregunté tímida.

-Josh. ¿Y tú?

-Rebeca. –Le sonreí. – ¿Cuántos años tienes?

-Dentro de unos meses cumplo catorce ¿Y tú?

-Yo tengo trece. –Sonreí. –Gracias por salvarme, no sé qué haría sin mi merengada.

-Lo sé, las merengadas son un asunto serio.

-¿Y eso que no te he visto antes?

-Vivo aquí desde que nací. –Se rió. –Pero no salgo mucho.

-Qué raro, eres muy lindo y deberías salir más para que las personas te vean.

-¿Disculpa?

-Que tu tarea de matemática se ve difícil.

-Es pan comido para mí, si quieres te ayudo con tu tarea. Nos podríamos reunir aquí en las tardes. –Se sonrojó. —Claro, si tú quieres.

-Eso estaría muy bien.

Luego de un rato de hablar nos pusimos de acuerdo para volvernos a encontrar. Y así fue, nos encontrábamos en ese restaurant, íbamos al parque, él a veces iba a mi casa y en casos extremos yo a la suya. Me ayudaba con la tarea y con los oficios de mi casa. Éramos mejores amigos, nos contábamos todo, teníamos confianza.

CUATRO AÑOS DESPUÉS

Josh estaba a punto de graduarse y pronto sería su ceremonia, era un momento muy importante para él y en cierto modo para mí. En esos días me di cuenta de que él se comportaba más lindo conmigo y era más educado, supongo que es porque ya será un hombre y necesita comportarse como tal. Además trataba de vestirse bien y tener una buena apariencia. Eso me agradaba.
Estaba con él en el patio de mi casa, ese día había un clima perfecto y las hojas de los arboles caían al lado de nosotros. Siempre me sentía muy cómoda con él pero ese día algo había cambiado, su mirada ya no era de cariño, era de amor.
-Debo hacerte una pregunta. –Lo miré a los ojos. No pude dejar de ver sus hermosos ojos.

Forever (Historia Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora