Entramos al restaurant, este quedaba en el último piso de un edificio, estaba rodeado de ventanas que resaltaban la ciudad de noche, las luces de los edificios le daban un toque romántico al restaurante. Las mesas estaban decoradas con velas y flores de colores crema. Luego de cenar nos quedamos charlando y tomando vino.
-Necesito decirte algo porque si no voy a explotar.
-¿Qué quieres decirme?
-Te amo. –Se arrodilló junto a mí y sacó una caja de su bolsillo. -¿Quieres casarte conmigo? –Dijo abriendo la caja. Adentro había un anillo de oro con un diamante en el centro, un anillo tradicional, como siempre lo quise.
Realmente no podía creer que ese momento haya pasado. Me recuerda cuando estaba en el mirador con él y me pidió ser su novia.-Sí, quiero ser tu esposa. –No contuve la risa nerviosa. Él se levantó y me abrazó. Las personas que nos rodeaban se emocionaron y nos aplaudieron. Aunque nunca entendí por qué hacían eso.
Al llegar a casa me sostuvo la mano enfrente de mi papá y mi madrastra, mi padre no pudo solucionar las cosas con mi madre, y dijo: -Señor, vine a pedirle la mano de su hija. –ellos sonrieron.
-Claro que sí. –dijo. –Te doy permiso para casarte con ella. –se dieron un abrazo con palmadas en la espalda, como típicos hombres. Y yo los abracé.
SEIS MESES DESPUÉS
El día de la boda llegó más rápido de lo que esperaba. Entré a la iglesia y la música sonó, los invitados se levantaron de su asiento y empezaron a tomarme fotos, yo iba del brazo de mi padre, pero sólo podía concentrarme en los ojos verdes de mi futuro esposo.
Al llegar al altar mi padre me dejó junto a él y se sentó junto a Daniela, mi madrastra. Mi mamá no pudo asistir ese día porque estaba en un viaje de negocios.
-Estás hermosa. –Me susurró al oído.
Llegó la parte más importante de todas, luego de ponernos los anillos. "Puede besar a la novia". Nos besamos y me sentí como hace unos años cuando nos dimos nuestro primer beso, sólo que este es nuestro primer beso como esposos.
La boda salió bien y la fiesta también. Tal cual lo soñé.
Unos días después viajamos hacia Aruba para nuestra luna de miel. Al fin estaba con el amor de mi vida y podía estarlo para siempre. Nuestra luna de miel fue perfecta, íbamos a la playa de día, de noche íbamos a la plaza a ver las funciones de las fuentes, a veces íbamos a discotecas y un día antes de venirnos recorrimos el centro, lleno de tiendas.Llegamos al aeropuerto de Canadá por la noche, había tormentas de nieve pero aun así decidimos tomar un taxi a casa. Me recosté en su hombro y me abrazó ofreciéndome un poco de calor.
Noté al conductor del taxi un poco cansado pero no le presté atención y cerré mis ojos. Recordé que había algo que nunca le confesé y se lo dije.—Mi amor, tengo que decirte algo. —En realidad, yo no te fui fiel cuando estábamos en países diferentes. Discúlpame por eso.
—¿Qué? ¿Tú sabes todo el esfuerzo que hice para no fijarme en otra chica que no fueses tú? Yo te amaba y respeté lo que teníamos. No puedo creerlo...Pude notar la decepción en sus ojos.
En un instante vi hacia la carretera, un venado se atravesó en el camino, el conductor perdió el control del volante, frenó muy fuerte y eso hizo que pegara mi cabeza al vidrio de atrás, intenté ver si Josh estaba bien pero mi vista se puso borrosa, sólo pude ver sangre. Me sentía muy mareada y de repente un carro desde atrás nos chocó y volví a pegar mi cabeza contra el vidrio, esto hizo que perdiera la conciencia.
Desperté, miré a mí alrededor con lo poco que podía visualizar las cosas, las paredes de la sala en donde estaba eran blancas y a mi lado había una mesa con objetos filosos. Tenía la vista borrosa y el cuerpo adolorido. Mis labios estaban resecos y tenía mucha sed. Intenté levantarme de la camilla pero no tenía fuerza alguna. Miré mi cuerpo, tenía varias cortadas y moretones. Y tenía un fuerte dolor de cabeza. Alguien entró por la puerta, pero no pude distinguir muy bien quién era, mi vista seguía estando borrosa. Cuando al fin pude eché un vistazo, era un hombre alto con bata de doctor, se acercó a mí y tomó mi pulso. Intentaba hablar pero no me salían las palabras. Me sentí mareada y mis ojos se cerraron lentamente, no podía hacer nada al respecto. ¿Qué está pasando? ¿En dónde está Josh? Fue lo último que pensé antes de desmayarme.
Desperté otra vez, sentí un dolor de cabeza horrible. Miré a mí alrededor, mis ojos ya se habían aclarado. Josh estaba junto a mí, sostenía mi mano con cariño. Hizo que me sintiera protegida. Me entregó una carta que hizo que guardara.-Y... –Intenté decir. – ¿Estás bien? –Él no parecía tener ningún daño físico.
Él puso su dedo en mis labios indicando silencio. Pasó sus manos por mi pelo y me fui durmiendo poco a poco.
Al despertar me encuentro con mi padre, Josh ya no estaba. Él intentó ser fuerte y sonreír pero su cara demostraba tristeza
-¿Estás bien? –pregunta mi papá.-Bien. ¿Y Josh a dónde fue? Estaba aquí conmigo. –en lo único que podía pensar era en Josh. —¿a dónde se fue?
Al decir esas palabras mi padre se puso serio y su piel se tornó pálida, como si hubiese viste un espectro.
-¿Qué quieres decir con que estaba aquí contigo? –Preguntó angustiado. – ¿Ahorita?
-Sí, estaba sosteniendo mi mano y sobando mi cabello. Ahorita mismo.
-Oh querida. –dice en tono triste. –Creo que necesitas saber algo.
-¿Qué cosa? ¿Josh está bien? –Pregunté alarmada levantándome de la cama. Hice quejas porque sentía dolor en mi abdomen y piernas.
-Él no pudo sobrevivir al accidente. –Dijo mi padre agarrando mi mano.
Esas palabras hicieron que mi corazón se rompiera por primera vez, me quebré en llanto y sentí que mi mundo se calló al piso y se rompió en pedazos. ¿Por qué me pasaba esto a mí? Lo que me hizo sentir peor es saber que se fue decepcionado de mí. Recordé la carta que me había entregado. ¿Cómo podía hacer eso si ya no estaba en este mundo?
-Necesito un momento a solas. –Le pedí a mi padre, tratando de pronunciar bien las palabras pero estaba quebrantada en llanto.
-Bueno, estaré afuera con Daniela por si necesitas algo. –Dijo mi papá y me besó la frente.
Agarré la carta y al leerla no podía evitar derramar lágrimas. Era imposible que esto estuviese pasando.
"Quisiera darte las gracias por la oportunidad que me diste de poder estar junto al amor de mi vida, poder soñar con tener una familia, una casa, estar juntos todo el tiempo posible. Gracias por ser mi mejor amiga, mi profesora, mi estudiante, mi compañera de canto, mi media naranja, en algunos momentos mi madre, mi novia, mi esposa y por último y no menos importante mi compañera por la eternidad. Te amo Rebeca, jamás me arrepentiré de haber vivido una vida contigo. Recuerda que aunque la muerte nos separe estaremos por siempre juntos y soy sincero contigo cuando te digo que te amaré por siempre."DOS MESES DESPUÉS
-Estás embarazada. –Dijo el doctor.
FIN
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Forever (Historia Corta)
Short Story"...por siempre juntos." Leí por décima vez. Con los pies en la arena sintiendo las olas del mar. Miré el atardecer, recordando varios momentos de mi infancia en los que solía ser feliz y no tenía que preocuparme de nada, sólo ser niña. Y en esos mo...