53- Malibú

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-DALE HIJO DE PUTA ¡DALE!- Martin tocó la bocina del auto otra vez, aunque esto fue una acción inútil porque ningún auto en frente suyo se movió.

Después de la llamada de teléfono, el argentino manejó rebasando el límite de velocidad, tanto que llegó a su casa en menos de 5 minutos exactos. A pesar de los dolores, Isis lo esperaba de forma tranquila en el sillón, en completo silencio y una vez que ella estuvo sentada en el auto partieron hacia el hospital, solo iban unas cuantas cuadras cuando tuvieron que volver ya que Martin no había cargado el bolso de maternidad, dónde estaba toda la ropita de la bebé y demás cosas como biberón, chupete, pañales y todo lo que necesitara Isis para Mali.
Así que ahora estaban nuevamente en camino hacia el hospital, solo que ahora por ser una hora complicada, la ruta era un poco lenta, demasiado para el gusto de Martin quien miró a Isis agarrar su vientre y cerrar los ojos con dolor.

-¡CORRETE DEL MEDIO!- el volvió a tocar bocina del Jeep negro consiguiendo que los autos avanzaran solo un poco.

-Martin...- susurró la castaña.

-¿¡QUE!?-

-¿Podrías no gritar...por favor?- habló lo más tranquila, Isis estaba tratando de mantener la calma por el simple hecho de que no quería asustar a Martin pero este se había puesto totalmente nervioso solo.

-Perdon- murmuró y un poco de paz inundó el auto, Isis volvió a practicar las respiraciones tranquilas que había aprendido pero todo el silencio se vio interrumpido por la bocina nuevamente y los gritos del argentino. -¡ESTÁ EN VERDE PELOTUDO! ¡AVANZA!-

-Dios...- isis se llevó las manos a la sien masajeando la piel, en un intento de que el dolor de cabeza pasara.

El viaje siguió colmado de gritos y puteadas 100% argentinas y la castaña se hubiera reído de no ser por el gran dolor que la invadian cada 5 minutos. Una vez que el estacionó el auto la ayudó a bajar con cuidado. -No te olvides el bolso- murmuró con la voz ahogada del dolor.

-Cierto- Martin volvió al auto a traer el bolso y agarró su mano para caminar a paso lento.

-Espera...- lo frenó de golpe.

-¿Que pasa?- pero ella no contestó, simplemente recostó su cabeza en el pecho de el apretando la remera entre sus manos. -¿Estás bien?-

-Si...solo necesito que se vaya el dolor- el la observó totalmente asombrado.

¿Cómo era posible que ella esté sintiendo tanto dolor pero no sé estuviera quejando? Porque a simple vista parecía estar tranquila, sin algún signo evidente de dolor.

-¿Ya pasó?- le preguntó cuando notó que su respiración se había vuelto normal de nuevo.

-Si...vamos-

La pareja caminó el corto tramo que les quedaba hasta la entrada del hospital y una vez que entraron Martin fue directo hasta la recepcionista que estaba detrás de un escritorio de madera blanca.

-Hola, mi novia está embarazada y va a tener al bebé- habló de forma rápida.

-Sorry sir, I do not speak Spanish-

-La puta madre- el argentino puteó en un susurro y agradeció haber aprendido inglés. -My wife is pregnant, she needs medical attention-

-Don't worry sir, I'll call Dr. Angela- la chica marcó algunos números en el teléfono fijo y se comunicó con la mujer rubia que en pocos minutos llegó con una enorme sonrisa en su rostro.

-Isis cariño- ambas se saludaron con un beso y un abrazo. -Llego el gran día, ya llame a un enfermero para que traiga una silla de ruedas así te llevamos a tu habitación-

SEMPITERNO |Palermo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora