Poniendo todo claro

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-Que onda viejo, veo que tuviste un buen día ayer.
Carlos me saluda con su singular jovialidad.
-Bueno, la verdad conocí a uno de los socios de una cadena de supermercados y quieren que yo les lleve su contabilidad, eso me acarreará más ingresos.
-Vaya, ¡felicidades! Mi amigo me abraza fraternalmente.- Ah por cierto, tu alumno el que esta buscando departamento me ayudo ayer a escoger un regalo para Miriam, resultó ser un tipo agradable así que le propuse irse conmigo al departamento.
Carlos me mira con total incredulidad, y me advierte
-No tengo ni puta idea de lo que planeas Marcelo, pero te advierto que ese estudiante es uno de los mejores promedios y además no se compara con los tipos con los que andas.

Muestro una expresión ofendida y le aseguro a Carlos que no tiene porque decirme tal cosa, -Mira Carlos, para empezar no sé si aceptará la propuesta, y para terminar ese muchacho ni siquiera es mi tipo.

A demás nos veremos muy poco ya que ambos trabajamos, así que no te preocupes.

Observo a mi amigo jugar con un bolígrafo que trae en las manos, -mira Marce, no quiero meterme en tu vida ni mucho menos pero admitamoslo tu no eres de los que aman perdidamente a su pareja, no eres fiel y tampoco eres un alma abnegada.
-Ya sé que no soy tan fiel como dices, y como pareja soy un desastre pero no tengo intención de relacionarme con un mojigato como tu alumno.
A mí me gustan más sociables y desinhibidos. De alguna manera más "libres", esos no siempre esperan algo formal.

Carlos suelta una sonora carcajada acompañada de un suspiro largo, se pasa la mano por el cabello -Bueno en algo tienes razón, el no es tu tipo, de hecho es todo lo contrario a tus gustos.

Lo que he análisado sobre ese muchacho y lo que Carlos me ha dicho, ha soltado mi curiosidad... Después de todo es un chico que si bien no es mi tipo debo de admitir es bastante apuesto y formal. Y eso lo hace parecer sexy.

Nos despedimos para entrar a nuestros respectivos grupos.






***********
-Buenos días, hermoso...
Rosa se abre paso entre los demás estudiantes.

Extiendo mi brazos para darle un efusivo abrazo.
-¡Buenos días hermosa!

-Dime Baulio, ¿has conseguido ya algún lugar? 
Mientras caminamos entre empujones, platicamos.
Le platico a mi amiga del suceso de ayer en mi trabajo y de como el maestro Marcelo Garay es quien me ofrece un lugar en su departamento.
-¡Marcelo Garay! ¿El mismo maestro que le da clases al grupo de contaduría y de administración de los últimos semestres? Y ¿qué es adinerado y popular entre la gente?

-Ajá ese creo.
Me siento algo cohibido al escuchar la expresión de mi amiga.

-Solo ten cuidado nene, el tiene fama de ser un conquistador. Y lo peor, atrae tanto a chicas como a chicos.
Mi amiga me tiene tomado del brazo y caminamos hasta nuestras aulas.

-La verdad Rosa aún no he respondido a su propuesta, pero no creo que exista algún problema, ya que mi prioridad no es tener pareja y joderme la vida por un zorro. 

Rosa me acaricia el brazo -Eso espero Braulio, no quiero que ese maestro tan libertino te vaya a lastimar.

Entramos cada quien a sus respectivos salones.
Las horas pasan y es al terminar la clase en un receso decido buscar al maestro Marcelo.
Me dirijo al salón de juntas. Sé que puede estar ahí, ya que ese lugar es como un area de "descanso" para los maestros.






**********
Ya en el salón de juntas saco mi periódico. 
Y me distraigo leyendo y tomando un café cuando unos lijeros golpesitos me sacan de mi distracción.
-Adelante... Sigo leyendo mi periódico sin tomar importancia a quien ha tocado la puerta.
-Profesor Garay...
Una voz desconocida me habla. 
Bajo el periódico de mi vista y observo al dueño de la voz.
Es Braulio.
Si dime, sonrío y doblo mi periódico indicándole que puede sentarse donde guste.
El joven ocupa un lugar delante de mí.

-Profesor Garay acepto su oferta de compartir departamento con usted.
Ahora me gustaría saber como vamos a quedar con los gastos para ajustar mi presupuesto.
El joven se mira seguro.

Mira, ¿Braulio verdad?...
Yo acepto que me pagues lo que pagabas en tu departamento, para mí estará bien. 

-Gracias maestro, si pudiera darme la dirección para poder llevar mis cosas desde hoy se lo agradecería.
Tomo mi periódico y mis cosas -Yo he terminado con mis clases, si quieres vamos por tus cosas y te ayudo a mudarte.
-Se lo agradezco, en realidad no tengo muchas cosas así que sí, acepto su ayuda.
Nos dirigimos al estacionamiento. Y observo de reojo a ese chico.
Me he descubierto a mi mismo mirandolo muchas veces. Y la verdad me agrada.
Su aspecto transmite seguridad, su manera de vestir es muy diferente a la de los otros chicos con los cuales he estado, pienso de manera fugaz que podría ser un poco difícil mantenerme a raya con él, ya que parece un tipo interesante.

Ahora el que corre peligro soy yo...




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