Vivir tranquilo

339 52 1
                                    

Han pasado tres semanas desde que me instalé con el profesor Garay, si bien el es muy amable, debo admitir que me sorprendió de manera alarmante conocer el lugar donde vive.
Es una zona lujosa, muy muy lujosa compuesta de elegantes departamentos, que en realidad más parecen mansiones. 
Al entrar a la zona parece que todo el mundo conoce al maestro Marcelo, ya que todos lo saludan y lo tratan muy amable.
Me he adaptado rápido a la zona, casi no veo al profesor ya que nuestros horarios no coinciden.
Cuando llego por las noches el aún no ha llegado,entonces acordamos qué como agradecimiento me deja hacer la comida.
En casa nos hablamos de manera más informal eso aún me incómoda pero como casi no coincidimos no ha sido tan frecuente. 
También acordamos que el como dueño de la casa puede traer a las parejas que quiera, lo cual para mi no es problema, ya que ni siquiera tengo pareja.
No es como si nunca hubiera tenido, solamente que prefiero mantenerme al margen de las relaciones ahora.
En lo que llevo aquí el maestro ha traído a tres jóvenes, parecen un poco más grandes que yo y son muy muy "alegres"y atractivos, muy atractivos.
Hubo uno creo se llamaba Gerardo. El creyó que haríamos un trío. 
¡Menuda costumbre ha de tener ese libertino profesor!
Cuando sé que el maestro va a traer a alguien procuro no salir.
Me encierro a estudiar y a leer. 
Lo único malo es que puedo escuchar el escándalo que arman. Pues normalmente beben y sus parejas se salen de control.

Me ha tocado escucharlos follar... Eso sí que es incómodo.

Yo no soy virgen, y tampoco mi culo es sucursal de la pureza, es un culo y punto.
Pero hay de relaciones a relaciones y de parejas a parejas.
Nunca he tenido una pareja como Marcelo. El es simplemente alguien hedonista. Y yo soy más tranquilo y sencillo.




**********
Después de todo ha resultado agradable tener a Braulio cerca.
No es el gran conversador pero es buen cocinero.
No recuerdo hace cuantos años hacía que no comía comida casera. Y la de Braulio tiene muy buen sazón.
Tampoco coincidimos mucho, pero es muy relajante llegar y ver sus cosas en el refrigerador, en la sala, y en la cocina.
Hoy yo lo llevé al súper. 
Normalmente iba a ese lugar solo para comprar botanas y licores, aunque en alguna ocasión compré condones.
Pero haber ido a ese lugar con él, debo confesar que me dio un sentimiento como de estabilidad, como si fueramos una dulce pareja.
Yo empujaba el carrito mientras el se adelantaba.
Descubrí que es más fascinante observarlo caminar a él que decidir que mayonesa usar.
Qué es muy lindo ver como contonea las caderas ligeramente, que escoger una marca de alguna salsa.
Y lo peor vino cuando de la nada giró, me sonrió y me preguntó que quería de cenar.

Carajo, a punto estuve de responder....
-Quiero cenar un Braulio semidesnudo, aderezado con lubricante entre las nalgas y bañarlo de leche... Mi leche.
Ya que ¿qué crees? Eso se me ha venido antojando desde hace una puta semana.

Entonces ese hubiera sido mi fin. Braulio me castraba ahí mismo.
Ya que el tipo no es para nada una "loca" como mis ex el sí sabe lo que quiere.

Así que por ahora me conformo con verlo caminar de un lado a otro por la cocina, o verlo estudiando en el comedor con su semblante concentrado. 
En verdad nunca observe a alguna de mis ex parejas. Es más, no recuerdo ni nombres, ni rostros. Pero con Braulio solo basta con que yo cierre los ojos para que su rostro nítido aparezca delante de mí.




**********
Hoy he hecho una cena deliciosa. El trabajo estuvo relajado y llegué con humor para sorprender al maestro Marcelo y de esa manera agradecer su hospitalidad.
Estoy tan absorto en la cocina que no logro escuchar cuando timbran... Y parece algo desesperado.
-Ya, ya, un momento por favor.
-Sí diga
-Ah hola... Mmmm ¿cómo te llamabas?
La imagen de aquel chico de nombre Gerardo se aparece delante de mí.
-Hola, sonrío.. -el maestro Marcelo no está pero si gustas pasar.
Me hago a un lado para dejar pasar al chico. Quien con toda la soberana confianza entra y se instala en el cómodo sofá.

-¿Quieres algo de tomar?
Le pregunto.
Pero el solo me sonríe y me dice. -Oh tranquilo puedo servirme yo.

Vuelvo a la cocina y sigo preparando la cena.
Pero de alguna manera me siento malditamente desanimado.
Decido cenar solo en mi recámara dejando a ese chico en la sala. Escucho al profesor entrar y es ese tipo quien le ha servido la cena que Yo preparé....
Carajo parezco novia celosa esto no esta nada bien.

***********
¡Gerardo en mi casa!... La verdad es incómodo verlo.
Sé que Braulio preparó una cena bastante impresionante .
Hubiera querido cenar con él y no con el escandaloso Gerardo quien no para de hablar pendejadas.
De las cuales no me intersa alguna.
Sé a que vino. 
Escuchó rumores de que estoy viviendo con un chico y vino a marcar su territorio.
Lo único que hago es pensar en Braulio quien se ha encerrado en su habitación como cada vez que voy a coger.
Pero hoy no quiero a un cualquiera.
Hoy lo quiero a él...

Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora