Todos tenemos a alguien que nos motiva a llegar más lejos cada vez. Alguien que nos haga sentir seguros y a salvo del mal que se esconde detrás del brillo del oro.
Alguien que está dispuesto a consolarte cuando estás mal, cuando estás triste. Alguien que comparta tu felicidad cuando estas feliz.
Alguien que te aconseje, que te escuche.
Quizás me equivoqué mucho a lo largo de mi vida, quizás no merecí tenerte a mi lado.
Alguna vez me dijeron que Dios es amor, y si Dios es amor, entonces Él está entre nosotros.
Tal vez no pueda verte, y tú a mí tampoco, pero recuerdo la promesa que ambos hicimos, ¿tú la recuerdas?
La distancia es dolorosa, e incluso puedo sentir cada centímetro lejos de ti en mi muñeca, ya está bastante lastimada, ¿no crees?
Pues yo sí, pero no puedo dejar de hacerlo, realmente lo necesito. Me has lastimado con tu decisión de dejar de pelear. Sabes que la distancia hacia todo mucho más difícil, que nos moríamos por vernos, y cadasegundo que teníamos juntos lo aprovechábamos al máximo, pero un día tú
decidiste terminar con todas esas risas, y esos besos que llenaban mi alma.
Tengo un autoestima bastante adherido al suelo desde que tú
ya no estas. Se me había hecho un hábito pensar en ti y en nuestro futuro antes
de dormir, y ahora ¿qué? ¿Qué más queda?
¿Dolor? Muchísimo, y lo hice físico en mis muñecas.
Recuerdo tu mirada, la tristeza en tus ojos cuando
descubrías mis muñecas a penas nos conocimos, recuerdo aquellas lágrimas que derramamos juntos luego de prometernos que la distancia ni el tiempo nos iba a separar.
¿Dónde han quedado esas palabras? ¿Se las llevó el viento?
Solo quiero pensar que volverás y que te veré aquí nuevamente, a mi lado, impactando tus labios con los míos. Solo esa es mi esperanza. Poder volver a sentirte, porque realmente lo necesito.
Fuiste mi salvavidas en un huracán sin fin, que aún sigue
azotando en mi vida, y que se ha intensificado por tu ausencia. Dejaste mi vida
en pleno diluvio, y ya no hay nada que pueda salvarme.
Aún tengo vagando en mi mente tu imagen, tu cabello perfectamente desordenado que jamás llevabas peinado. Tu radiante sonrisa que reemplazaba a mi Sol en los días grises, iluminaba cada centímetro de mi corazón cada vez que tus perfectos y alineados dientes aparecían entre tus labios.
Realmente necesito volver a verla, necesito algo de luz en esta inmensa oscuridad.