La vida de alguien es como un hilo, a lo largo que esté avance este se puede:
Enredar y desenredar por su cuenta o con ayuda
Algunas veces pueden romperse y conectarse
Y también se puede Entrelazar con otros hilos, puede que algunos se rompan...
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Que lo primero que veas al levantarte sea el espacio y el planeta del que provienes, atravez de la ventana, te asia llevar un gran susto al principio, pero luego de tantos años viviendo en una colonia espacial eso se volvió algo normal.
— ¿Computadora, cuantas horas eh dormido? — las luces de mi habitación se encendieron al oír mi voz.
Llevas 21 horas de sueño Se recomienda tomar líquidos y comer algo equilibrado para obtener energías antes de iniciar con sus actividades
La voz se escuchó por toda la habitación, justo en ese momento apareció un pequeño robot con una bandeja de comida, suspire con pesar acariciando con cuidado mi mano derecha la cual se encontraba vendada, tome la bandeja para comer todo lo que había en ella, al terminar me arreglé con ropa cómoda antes de salir de ahí. Caminé por los pasillos y paredes metálicas del lugar, asta detenerme en una de las tantas puertas, mis ojos fueron escaneados y las puertas se abrieron dando paso libre.
Las computadoras se encendieron al igual que las luces, asustando a alguien quien se encontraba justo enfrente de una cápsula tocando el cristal de este.
— María — la mire con reproche recibiendo una sonrisa nerviosa — No te diré nada, solo por qué yo tampoco debería estar aquí, pero deja de golpear con los dedos el cristal…
— Por que El projecto Shadow no despertara aún — imitó mi voz con cansancio, negué divertida acercándome a ella — Cuanto tiempo crees que tarde en despertar — pregunto posando su mano en el cristal, le imite mientras que con la mano libre acariciaba sus cabellos
— No lo se, el abuelo lleva años trabajando en esto, pero dijo que tarde o temprano el ya estaría conviviendo con nosotros — le sonreí mirando sus ojos azules.
— ¿El podría hablar con nosotros?
— Al principio se le podría dificultar pero en poco tiempo hablaremos con el con normalidad
— ¿El sería agresivo?
— No lo se, aún que lo dudo mucho — ella mira la cápsula con su ceño fruncido
— ¿Es normal que sus ojos sean rojos? — confundida mire la cápsula llevándome una gran sorpresa, dentro de la cápsula estaba el erizo azabache de betas rojas con sus ojos rubíes abiertos mirándonos a ambas con curiosidad teniendo sus manos puestas en donde María y yo las teníamos siendo el cristal lo único que evitara el contacto directo entre nosotros.
Antes de que pudiera decir alguna palabra, las puertas fueron abiertas, dándole paso a un hombre de cabellos y bigote blanco
— Creo haberles dicho a ambas que no podían entrar — su mirada se dirigí a mi, sentí un escalofrío al verlo serio — Sobre todo a ti, ______ Robotnik . . .
