Prólogo

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Cuando el pianista empezó a tocar enérgico una nueva rola, el bullicio del salón se mezclaba con su estrepitosa música; se podía sentir el olor a fuerte tabaco, humo, cerveza, whisky, perfume de mujer y hedor corporal típico de una cantina en medio del desierto, repleta de vaqueros que pasaban la acalorada tarde de verano; hombres viles y otros no tanto mataban su tiempo mientras bebían, jugaban y acariciaban las faldas de mujeres dispuestas a ofrecer sus cuerpos por algo de dinero de aquel reciento en medio de la nada.

Mientras el cantinero limpiaba en calma y con esmero sus vasos, se oye desde la entrada el crujir de las puertas el ingreso de un extraño cliente a la cantina; el ambiente se detuvo en seco, pues todas las miradas clavan sus ojos para observar al extraño hombre vestido con atuendos atemporales que caminaba despreocupado hasta a un asiento lo más próximo de la barra; llevaba puesta una camisa floreada hawaiana con pantalones cortos de color beige ajustados, sandalias cafés y lo más extraño, un casco medieval acerado brillante que cubría completamente su cabeza sin poder apreciar su rostro.

El hombre llega a paso seguro hasta el bar y pide enérgico el whisky más fuerte; el cantinero llena un vaso y lo desliza a través de la larga mesa del bar, aterrizando de manera precisa hasta la mano del cliente. El abre la rejilla de su casco para dejar deslizar un pequeño sorbo del brebaje apreciando el sabor del whisky más barato que había probado. Un hombre ya ebrio se acerca de forma amenazante al extraño sujeto tratando de amedrentarlo mientras tocaba el hombro del huésped, lo siguiente que se escuchó; fue el ruido de las ventanas quebrándose mientras el cuerpo del extraño hombre con casco fue lanzado hasta el abrevadero de los caballos, tan solo salvando su vaso de no desperdiciar aun el whisky dentro.

Un espectáculo se había armado a las afueras de la cantina, pues todos salieron para ceñirse y burlarse de aquel extraño que apenas podía ponerse de pie. Entre dos ebrios lo agarraron y un tercero comenzó a darle una paliza, el sujeto no mostraba que tenía intenciones de defenderse o evitar ser golpeado, así que los brutos lo siguieron golpeando por largo rato.

Una vez satisfechos los matones, se alejaron de regreso a la cantina dejando el cuerpo desparramado del sujeto en el suelo; realizaron mofas, insultos y burlas de lo débil y ridículo que era el tipo ante sus ojos; pero cuando parecía que su presencia se diluía con el desierto, un sonido inquietante empieza a emanar del cuerpo del hombre cambiando nuevamente la situación, pues del extraño sujeto comienza a emitir un sonido jamás antes escuchado por aquellas personas. El hombre se pone de pie poco a poco y desde un bolsillo saca un antiguo celular Nokia 3000 con su característica melodía para contestar una llamada que él consideraba aburrida y carente de necesidad.

- ¿Qué haces? Tenemos un desencadenamiento en el sector Tau-11 del universo Virgin. ¡Se acabó tu descanso! ¡Necesito que vuelvas de inmediato! Órdenes del jefe.

- Mi acuerdo estipula un descanso máximo de una hora y tan solo llevo 20 minutos. Además, ese sector lo puedes ver tú y los otros sin problemas.

- Jesseaux, el problema escaló a categoría universal. Alphonse te ordena que estes...

- ¡Pfff! Ok... Entendido... iré en seguida... - Jesseaux corta la llamada, mira a su audiencia que habían escuchado la conversación pues el volumen de su teléfono estaba bastante alto e intuía que nada no se dejó oir - Lo siento amigos, vendré a jugar con ustedes otro día.

Dicho eso, Jesseaux hace trinar sus dedos y cambia su vestimenta a la de un oficinista de traje negro, camisa blanca y corbata oscura; acto seguido vuelve a trinar los dedos pero esta vez señalando su mano hacia una posición aleatoria donde aparece una puerta de la nada. Se aproxima disgustado hacia la perilla para cruzar a través de ella y desaparece de aquel mundo hasta otro totalmente desconocido, mientras la puerta se desvanecía al terminar de cerrarla desde el otro lado.

Nos veremos en el otro cieloWhere stories live. Discover now