↳ ONE SHOT, 001 ✧

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taesanxocfem.




Taesannie:
"¿Puedes venir a casa?
Quiero mostrarte algo.
Los chicos no están.
Por favor, Yanmi"

Ver los mensajes de Taesan despertaron mi curiosidad y guiada por el sentimiento en cuestión me levanté de mi cama y me apresuré a arreglarme. Hoy no pensaba salir, sin embargo, deseaba ver al chico que me estaba solicitando.

Tomé el autobús y en diez minutos estuve frente a la residencia de los chicos prontos a debutar. Me dirigí a la planta alta donde Taesan convivía con Jaehyun y Woonhak.

Le envié un mensaje a Taesan avisándole que estaba ahí y en segundos la puerta se abrió. Detallé fugazmente su apariencia; él vestía pantalones de mezclilla rasgados en las rodillas y una camiseta mangas largas, su cabello estaba prolijo cayendo sobre su frente.

—¿Has viajado bien? —me consultó al avanzar a la sala luego de quitarme el calzado en la entrada.

—Fue aburrido porque olvidé mis auriculares —encogí mis hombros, dejándome caer en el cómodo sofá.

—Puedo prestarte los míos para cuando regreses.

Le dediqué una sonrisa y él me devolvió el gesto.

—¿Qué querías mostrarme?

Los ojos de Taesan mostraron ilusión y temor a la misma vez, agregando más intriga al asunto.

—Ven conmigo —me invitó con un leve movimiento de cabeza, caminando al pasillo que daba a las habitaciones.

Entramos al cuarto que compartía con Woonhak. Me senté en la cama que le pertenecía a Taesan y esperé mientras él sacaba una caja del compartimento más alto del armario. Se sentó al borde de la cama, a mi lado, con la caja apoyada en sus piernas. Volteó a verme y nuestros ojos se encontraron con mucho cariño, permaneciendo así por un tiempo que pareció eterno hasta que él rompió el sosegado silencio que nos rodeaba.

—En un par de días cumplimos 100 días juntos y deseaba obsequiarte algo que fuera muy especial y demostrara todos esos sentimientos que no soy capaz de expresar con palabras —explicó con un tono nervioso, alisando el cabello de su nuca para relajarse —. Pensaba dártelo cuando fuera el día 100, pero no pude resistir la espera —me entregó la caja.

Bajo la expectante mirada de Taesan abrí la caja y lo que encontré allí me hizo sentir muy conmovida y emocionada. Sostuve a la altura de mis ojos una zapatilla del par personalizado que venían en la caja. Las zapatillas eran de un color pastel bonito y tenían diseños de hermosos girasoles; mis flores favoritas. Cada trazo fue bien hecho, se notaba la delicadeza y el esmero que le puso.

Sin pensarlo me lancé a abrazar a Taesan, casi haciéndolo caer sobre el colchón por haberlo tomado desprevenido. Me aferré cariñosamente a sus hombros, ocultando mi rostro en el cuello de mi dulce y tierno chico para dejar un par de besitos que lo hicieron reír bajito.

—¿Entonces te gustó mi regalo, Yanmi?

Me aparté un poquito para verle la cara mientras él me sostenía de la cintura y sonreía complacido.

—¡Lo amé, Taesannie! —exclamé alegre, siendo testigo de cómo los ojos de Taesan brillaban aún más —. No puedo creerme que te tomaras el tiempo de hacer esto para mí. Dios, eres el novio más tierno.

—Basta —se quejó, soltándome y dejando caer su cuerpo hacia atrás contra la cama, tapándose el rostro rojizo con sus manos.

Contemplé las zapatillas un rato largo y luego las metí en la caja para dejar esta sobre la mesita de noche. Me tumbé al lado de Taesan y observé el techo con aura apacible.

—¿Cómo supiste mi talla de zapatillas?

—Cuando estuve en tu apartamento revisé tu calzado mientras cocinabas —se colocó de lado para mirarme más comodamente —. ¿De verdad te gustan? ¿Crees que son de tu estilo? Porque intenté que sea algo que tú usarías.

—Son preciosas —aseveré —; las usaré en nuestra próxima cita. ¿Cuándo crees que podamos salir? La semana pasada fui de compras y conseguí una blusa floreada perfecta para la ocasión.

—No lo sé, estamos muy ocupados preparando todo para el debut —me observó con culpabilidad —, pero te prometo que buscaré el tiempo para nosotros.

Jamás podría reprocharle nada. Sabía que era una persona ocupada cuando empecé a salir con él y me juré ser comprensible, además Taesan había hecho todo bien en nuestra relación desde el comienzo; como notificarle a su CEO que tenía novia un día después de pedirme ser su pareja. Su CEO no fue un villano que le ordenó terminarme ni nada de eso, solo le advirtió que no sería fácil y que no se permitiera distraerse más de lo debido con nuestra relación. También le explicó lo obvio acerca de que nadie se debía enterar que tenía pareja, debíamos ser cuidadosos. En fin, no iba a enojarme con Taesan por no tener tiempo libre por dedicarse a su carrera; después de todo hasta ahora pudo hacer un valance para concentrarse en sus sueños y nosotros.

—Tranquilo —levanté una mano y toqué su rostro, dando lentas caricias —, yo sé esperar.

Taesan se impusó hacia mí y fundió sus labios con los míos en un beso cargado de dulzura, haciéndome derretir bajo su boca anhelante. Él me besaba sin ningún doble sentido, solo disfrutando la caricia de nuestros labios. Al apartarse besó mi frente y se recostó otra vez, atrayéndome hacia sí en un cálido abrazo.

—Quedémonos así hasta que regresen los chicos —me pidió con voz adormilada, sus párpados estaban pesados. Me arrimé un poco más cerca como respuesta, dejando que se me contagiara su repentino estado somnoliento.

Solo pudimos dormir por siete minutos cuando la voz de Woonhak nos alertó e hizo levantar.

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