↳ ONE SHOT, 005 ✧

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✧ sunghoxocfem.




Sungho llamó a la puerta del departamento de su novia con ansias. Apenas abrió, esta lo observó sorprendida, deteniéndose más tiempo en su cabello. Lo hizo pasar y fue a su dormitorio, el chico decidió que era buena idea seguirla después de quitarse el calzado. Ya en su habitación reparó en el objeto que tenía en su mano dominante.

—Quítate la chaqueta y siéntate —mandó Yanmi con suavidad, señalando la única silla en el cuarto. Sungho hizo lo pedido, dejó su chaqueta en el respaldar de esa silla y se sentó en la misma —. Creí que vendrías mañana. ¿Te han dado permiso antes?

—Ujúm —Sungho sintió la brisa caliente del secador de cabello golpear contra sí, cerró los ojos ante el tacto de Yanmi sobre su cabellera negra, masajeando con cuidado —. Esto no es necesario, la lluvia apenas me mojó. Corrí rápido cuando bajé del auto.

—Igual está medio húmedo —rebatió su novia —. Es mejor prevenir que lamentar. No querrás enfermarte —finalizó su tarea cuando sintió el cabello del chico totalmente seco —. Ya está —desenchufó el secador y dejó este sobre su pequeño escritorio. Soltó un leve gritito al ser rodeada por los brazos de Sungho. No se esperaba tal accionar.

—Te extrañé —Sungho la arrastró hasta la cama, sentándose en el borde con Yanmi sobre sus piernas.

—Yo también te extrañé, jagiya —reconoció con timidez Yanmi, causando ternura en el corazón de Sungho. Contrario a su actitud, Yanmi sujetó con atrevimiento su rostro y lo besó sin más.

Sungho subió una mano hacia la mejilla de su novia y repartió suaves caricias en ella a medida que correspondía el beso de forma más apasionada. Amaba perderse en esos labios suaves que se movían apremiantes contra los propios. Adoraba cómo Yanmi le recorría el cabello con sus dedos finos, dando pequeñísimos tirones que sacaban suspiros involuntarios de su boca. A regañadientes cortó el beso, pasando luego sus dedos por las comisuras de los labios de Yanmi para eliminar la humedad provocada por los besos que se habían dado.

La timidez de Yanmi pareció regresar y se abrazó a él, ocultando el rostro contra sus hombros. Sungho se rio divertido por la reacción y acarició la espalda de su novia de arriba hacia abajo.

—Nunca deja de parecerme gracioso que seas así de tímida y atrevida a la misma vez —confesó con tono jovial —. Estaba pensando que podemos hacer palomitas para seguir viendo The Walking Dead. Yo recuerdo que nos quedamos en la tercera temporada.

—Estamos en el episodio 2 —la chica se apartó un poquito y le regaló una linda sonrisa, entusiasmada —. Es una idea genial. Iré a hacer las palomitas, ¿sí?

Sungho siguió a la chica hasta la cocina.

—Pidamos pizza, también.

—Entonces sumémosle el helado.

Algo que Sungho adoraba también era pasar el rato con su novia mirando esa serie de zombies que a los dos les había gustado mucho.

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