RESUMEN: Hermione y tu deciden al final no estudiar, al final mejor deciden observar a las luciérnagas y pasar un momento juntas lejos de todos.
advertencias: mujer x mujer
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Punto de vista de Hermione:
Sonrío suavemente mientras veo a T/n entrar a clase con su uniforme que obviamente se puso a toda prisa.
Descanso mi barbilla en mi mano, mis ojos la siguen mientras toma asiento junto a Susan Bones unas mesas delante de mí.
"¿Por qué hacernos hacer ejercicios de escoba en la práctica de Quidditch? ¡No es como si fuéramos de primer año!" Escucho a T/n quejarse con Susan y me río suavemente cuando entra la profesora McGonagall.
"¿Podrías estar más enamorada?" Ginny susurra a mi lado y pongo los ojos en blanco.
"Confía en mí, me estoy conteniendo mucho", le susurro y ella se ríe en voz baja.
T/n y yo nos conocimos en cuarto año cuando me la encontré en la biblioteca.
Literalmente.
La golpeé tan fuerte que se cayó en un estante y derribó tantos libros que nos echaron de la biblioteca por ese día por perturbar la paz.
Al principio estaba tan avergonzado de estar tan absorto en mi libro que me encontré con alguien, pero luego la miré bien y...
No suelo decir que fue 'amor a primera vista' pero no puedo negar que, metafóricamente, sentí que mis pupilas se convertían en corazones.
Tampoco ayudó que me pidiera que la acompañara a la fogata en el lago que un grupo de quinto y cuarto año estaban lanzando esa noche.
Por supuesto que dije que sí.
Aunque no sin duda.
"¿Por qué querrías ir con una chica que te acaba de echar de la biblioteca?"
Me río suavemente de nuevo y empiezo a escribir las notas que se muestran, mis ojos aún parpadean hacia ella de vez en cuando.
Sin embargo, no empezamos a salir hasta un año después, y ni siquiera fui yo quien dio el primer paso.
Estábamos hablando en mi habitación, ella estaba acostada en mi cama mientras yo estaba terminando una tarea para Pociones.
Hablaba de lo estricto que estaba siendo Snape últimamente con la forma en que calificaba nuestro trabajo.
Cuando miré para saber su opinión sobre el asunto, ella estaba sentada y me miraba con una pequeña sonrisa.
"¿Qué?" Le había preguntado y ella se encogió de hombros.
"Nada, solo me gusta tu voz" respondió y pensé que mi corazón acababa de dar una voltereta por la ventana.
