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Las cosas funcionaron demasiado bien para ambos chicos, reuniéndose casi todos los días en aquélla casa. Al inicio fue algo difícil debido que a YoonGi le quedaba un poco lejano por su trabajo. Algunas veces, JiMin le pedía a uno de sus guardias que fueran por el mayor, y ya que ellos no podían poner objeciones, simplemente obedecían.

El rubio por otra parte, comenzaba sentirse en mayor confianza con JiMin, el hecho de que siguieran por el camino de estarse conociéndose, iba haciendo cada vez más evidente el sentimiento que comenzaba a formarse por aquel chico.

JiMin era una persona cariñosa, divertida y amigable. Nada que ver con su padre biológico, tal vez esa era la razón por la que aquel hombre lo había obligado a separarse de su familia.

YoonGi no podía entender la retorcida cabeza de las personas, no la de Park Hyunbin, el hombre tenía sólo un hijo biológico, ¿y terminaba por venderlo como si fuera un objeto? casi parecía que JiMin era el más preciado tesoro de una subasta.

Hoy era su día libre, por lo tanto había despertado más tarde de lo normal, se sentía extremadamente cansado a pesar de que había logrado conciliar el sueño temprano. Su cuerpo se sentía pesado y su cabeza dolía un poco.

No tenía planes para hoy, pues solamente le quedaba quedarse en casa y terminar de pagar sus cuentas, la renta del departamento se pagaba la siguiente semana pero tenía que retirar el dinero de su cuenta. A pesar de que no había hablado con JiMin sobre reunirse hoy, quería mandarle mensaje para ver si podían salir aunque sea un par de horas.

Porque la verdad era que la compañía de aquel chico era lo mejor. Siempre lograba entretenerse con su presencia, y además, eran amigos.

Por ahora.

Su celular vibró justo cuando salió de su departamento para bajar por las escaleras. No revisó quien le estaba llamando, simplemente atendió sin mucho interés.

—¿Hola?— contestó a la llamada.

—¿YoonGi? soy JiMin — la reconocible voz de aquel chico se escuchó al otro lado de la llamada —, lamento llamar de imprevisto, sólo... quería preguntarte algo.

YoonGi asintió, recordando segundos después que JiMin no podía verlo. Sonrió un poco y contestó rápidamente.

—Sí, sí, dime.

—¿Estás ocupado hoy?— su voz salió algo dudosa —, sorprendentemente hoy me dejaron salir sin mis guardias, y bueno... quería ver si tú estabas disponible para salir.

—Me gustaría mucho, pero... — suspiró al llegar a la planta baja —, voy al banco ahora mismo, no sé cuanto tiempo me tarde en pasar así que, si estás dispuesto a esperarme, yo creo que sí.

JiMin soltó una risita. —Que susto, creí que estabas por negarte.

—No, no haría eso — YoonGi sonrió —, eres la única persona con la que salgo, bueno, la única persona con la que me reúno.

—Sí, lo sé... lamento que nos veamos sólo en una casa — de pronto su tono animado se fue poco a poco —, realmente me siento culpable.

YoonGi negó. —Nada de eso, no es tu culpa lo que tu padre haya hecho. Sólo... no me importa reunirme contigo en una casa, es como... nuestro lugar secreto, sólo para nosotros dos, sin que nadie más nos interrumpa. Me gusta.

JiMin pareció procesar sus palabras con cuidado, pues por largos segundos no dijo nada. Hasta que YoonGi escuchó como suspiraba y luego volvía a reír bajito.

—Sí, nuestro lugar.

—Entonces, tan pronto como salga del banco iré a la casa, ¿quieres que lleve algo?— preguntó, caminando rápidamente en dirección a la parada de autobús.

ENCHANTED³ | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora