YoonGi no es la clase de persona que le gusta salir a tomar después de un largo día de trabajo, con suerte muy pocas veces termina temprano, y aunque hoy parecía que sería una tarde pacífica, JiMin había aparecido para arrastrarlo hasta un club nocturno.
No puso resistencia, pues en realidad quería ver al menor, probablemente los clubes no son lo suyo, pero siempre que sea con JiMin está bien.
Esta vez, sus gorilas sí lo acompañaban. Era un club grande y muy concurrido, por ende aquellos guardias debían acompañarlo en cualquier momento.
El rubio no pudo quitarle la mirada de encima a su acompañante, joder, JiMin se veía radiante esa noche. Su cabello rosa resaltaba entre las personas, sus labios gruesos lucían deliciosos gracias al brillo labial que el menor traía, llevaba puesto un cardigan y debajo un top negro que dejaba a la vista su ombligo y cintura, un pantalón ajustado de las caderas hasta los muslos y algo suelto en la parte baja, JiMin se veía precioso.
Su corazón latía desenfrenado cada vez que el menor se acercaba lo suficiente como para olfatear su agradable aroma, seguramente el perfume que se había echado lo estaba engatusando, pues el pelirrosa de por sí ya lucía atractivo a sus ojos y al de los demás.
Estaban solo ellos dos, sentados en la misma mesa mientras hablaban y reían sobre extrañas anécdotas que YoonGi contaba, JiMin comenzaba a tomarle cariño al mejor amigo de YoonGi, Taehyung, pues el rubio se tomaba su tiempo para contarle lo que había sucedido cuando fue a visitarlo.
—Suena a que es un gran amigo— JiMin casi gritó estando a su lado, el ruido del lugar no les permitía hablar correctamente.
—Lo es, algo extraño e hiperactivo, pero es un buen amigo.
JiMin asintió lentamente, observando el centro del lugar donde un montón de personas estaban bailando. El pelirrosa jamás había intentando bailar frente a otras personas o con otras personas, pero el ritmo de la música le estaba gustando. Además, no quería meterse entre la gente a bailar él solo.
—¿Alguna vez haz bailado? — JiMin le preguntó, acercando su boca al oído del mayor para que lo escuchara mucho mejor.
—Bueno, algunas veces.
—¿Vamos juntos?— pidió una vez más, sosteniendo a YoonGi de los hombros mientras bajaba hasta tomar sus manos, agarrándose con cuidado de él para dirigirse al tumulto de gente.
YoonGi lo siguió sin siquiera rechistar, no había manera de negarse ante JiMin. Si el pelirrosa quería bailar, entonces lo harían.
No podía descifra si era porque le gustaba, pero parecía que él siempre estaría dispuesto a obedecer lo que JiMin le dijera. Aquel chico tenía una fuerte aura de atrevimiento con dominación que salía en momentos como este, y a YoonGi le gustaba.
Fundiéndose poco a poco entre la gente, JiMin comenzó a balancear su cuerpo cerca de YoonGi, llevando sus manos hasta su cuello mientras lo acariciaba con lentitud, para luego envolver todo su cuello con sus brazos, tomando entre sus dedos algunos mechones de cabello, sus caderas se pegaron sin vergüenza alguna, invitando a YoonGi a agarrar de ellas.
El pálido subió sus manos hasta tomar su cintura, era preciosa y fina cintura que dejaba al descubierto por el top que traía, gracias a que JiMin tenía sus brazos aferrados a él, el cardigan dejaba a la vista su preciosa desnudez sobre su ombligo.
YoonGi se movía siendo guiado por JiMin, quien mantenía una sonrisa en sus labios al mismo momento en que tarareaba la canción que estaba sonando por todo el club.
Sus bocas estaban lo suficientemente cerca y al igual que todos los demás, se encontraban en su propio mundo.
Y justo cuando YoonGi había tomado la iniciativa de querer juntar sus labios, sintieron un peso más encima de ambos, pues un chico había llegado a colgarse de ellos.
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ENCHANTED³ | YoonMin
FanfictionYoonGi sólo quería tener la oportunidad de conocer a Park JiMin, el lindo chico que siempre estaba rodeado de guardias. Sabía que eran de mundos completamente diferentes. Él sólo trabajaba en un restaurante como un simple mesero y JiMin era hijo de...