06

8.9K 1.3K 66
                                    



JiMin era bueno ocultando cosas, actitudes o gustos, porque desde que era un niño, su padre y las personas que lo rodeaban, se encargaron de oprimirlo, JiMin era como una marioneta siendo manejada al antojo de Park Hyunbin. 

Su madre había muerto desde que él nació para ser exactos, nunca supo mucho de ella, pues su padre se encargaba de hacer que su pequeña mente se olvidara de la existencia de esa mujer. Ahora que era mayor, no tenía ningún recuerdo de ella, ni siquiera una fotografía vieja o rota, simplemente tenía la idea de una madre. 

Vivir rodeado de ellos no le gustaba, por mucho que no eran de su agrado, JiMin aprendió a ocultar ciertas cosas muy bien. Y aquí es donde nos concentramos ahora. 

En el joven Park JiMin, tratando de conquistar a Min YoonGi, mostrándole su verdadero él. 

¿Qué si tenía miedo? Demasiado, ¿qué si se arrepentía? Para nada. 

Aquel perfecto niño sacado de revista parecía tan cómodo y feliz hablando con YoonGi, y no le había importando haberse visto muy desvergonzado. YoonGi estaba ocupado con él, no tenía porque fijar su atención en nadie más que en él. 

Y ahí estaba, esa actitud que Park JiMin sabía que le había heredado al idiota de su padre biológico. 

La verdad es que no tenía pensado ir a la tienda de lencería, sólo quería marcar territorio un poquito. Aún así, estaba observando con atención toda la ropa interior para mujeres, encajes negros, rojos, transparentes, de red y faldas. Trajes de enfermeras, colegialas, maid, dándole ese aspecto kinky con complejo de lolita que a JiMin le llamaba tanto la atención. 

La ropa interior se veía realmente incomoda, sobre todo aquélla que no llegaba a cubrir absolutamente nada más que la zona del biquini. Probablemente a las mujeres les gustaba utilizar eso, pero él era más de sólo ser espectador. 

Y si quería probar, lo haría con algo que cubriera un poco mejor su cuerpo. 

—¿Realmente tienes esos gustos?— la voz de YoonGi se escuchó detrás de él, llamando su atención. 

JiMin asintió sin tomarle mucha importancia a su reacción.

—Nunca he utilizado ropa como esta, para ser sincero, siempre he tenido curiosidad — JiMin comenzó a caminar para observar las faldas y medias que había en aquel lugar —, debido a que viví bajo el control de mi padre biológico, se podría decir que no demostraba interés alguno en este tipo de cosas. Pero ahora, me siento un poco más diferente, es bueno porque Choi Sangwoo no es la clase de persona que cuestiona mis gustos. 

YoonGi sonrió, algo anonadado por la respuesta de aquel chico. Agradecía la confianza con la que JiMin le estaba contando aquello, aunque no se imaginó que el pelirrosa tuviera estos gustos, no le importaba demasiado dar su opinión acerca de esto, después de todo eran gustos de JiMin, no suyos. 

—Choi Sangwoo suena como el padre ejemplar. 

JiMin rió, probablemente Sangwoo era buena persona, mejor de lo que imaginaba, pero debía admitir que tanta amabilidad le daba miedo, tal vez porque nunca había conocido a alguien que le demostrara tanto interés y comprensión. 

—A veces... realmente me gusta imaginar que él es mi verdadero padre. 

JiMin no se sentía mal por pensar eso. Su padre biológico es la clase de persona que ha calado hasta sus huesos, dejándolo con traumas y algún que otro mal sabor de boca, llenar su cabeza con la idea de que todo sería mejor si Sangwoo fuera su padre, era algo tan insignificante. 

—Lamento haberme quedado hablando con ellos... — YoonGi suspiró —, es sólo que Hoseok es un buen amigo al que no veo tantas veces. 

—No te preocupes —  le dio una suave sonrisa —, sé que son tus amigos. Aunque... se ve que le gustas mucho a ese niño. 

Sus palabras salieron de lo más normal, tratando de disfrazar el sentimiento de amargura y molestia que estaba sintiendo al recordar a Seonwoo siendo tan cariñoso y confianzudo con YoonGi, tomando su mano, abrazándolo, sonriéndole tan de cerca mientras sus ojitos brillaban. 

—¿Ah? 

—Sí sí, ya sabes, a ese niño. 

JiMin fingía desinterés mientras buscaba entre la ropa, tomando un par de ellas que llamaron su atención, con YoonGi siguiendo sus pasos detrás de él. 

—De hecho sí — YoonGi rascó su cabeza con cierta molestia —, le gusto, pero yo sólo lo veo como un hermanito al cual cuidar, es el hermano menor de uno de mis mejores amigos. 

—¿Así que no lo ves de esa manera?— preguntó al mayor, quien negó rápidamente.

JiMin trató a toda costa de evitar suspirar profundamente, no quería ser tan evidente con sus sentimientos, sobre todo mostrarle al mayor que le agradaba saber que no tenía sentimientos por aquel chico. 

El pelirrosa miró con atención al chico frente a él, sus ojos se encontraron durante algunos largos segundos, haciendo que YoonGi sintiera esos evidentes nervios que tenía cada vez que se trataba de mirar o estar con JiMin. Y como si el menor fuera el más desvergonzado de ambos. 

JiMin puso la ropa que estaba tomando sobre su brazo, después miró disimuladamente alrededor de la tienda para asegurarse de que nadie los estaba viendo, y de no ser tan evidente. 

Sostuvo con fuerza a YoonGi de la playera, tirando de él para llevarlo dentro del vestidor que estaba ahí, agradecía que los vestidores eran como pequeñas habitaciones para dar mayor comodidad a los clientes. 

—JiMin que- 

Cualquier duda que tuviera quedó olvidada en el momento que ingresaron a aquel cuarto. JiMin presionó sus manos contra el pecho de YoonGi y lo empujó hasta hacer que se sentará sobre el cómodo y pequeño sillón que estaba en aquel lugar. 

El rubio no dijo absolutamente nada, porque lo que JiMin estaba haciendo le dejaba sin aire y sin ganas de objetar. Su corazón latía con fuerza, como si en cualquier momento fuera a salirse de su pecho. 

JiMin se montó sobre su regazo, poniendo a cada lado una de sus piernas mientras tiraba de la ropa del mayor para besarlo, unió sus labios con fervor, escuchando un duro gemido saliendo de la boca de YoonGi al presionarse contra él. Aunque el beso tomó de sorpresa al mayor, este no se quedó en su lugar y buscando profundizar el beso, correspondió mientras movía sus manos hasta atrapar el cuello del pelirrosa. 

JiMin se removió con gusto sobre su cuerpo, logrando que su trasero se restregara contra el paquete debajo de él. Ideal momento para recordarle a YoonGi que su resistencia ante esos casos eran nula, el pálido llevó una de sus manos hasta acariciar los muslos de JiMin, con lentitud y degustando de la sensación ante su tacto. 

El pelirrosa dejó salir un gemido ante un apretón que sintió en su cuello, haciendo que sus bocas se hundieran aún más si era posible. Aunque mantenían sus ojos cerrados, JiMin podía percibir el calor del cuerpo de YoonGi uniéndose al suyo, lo cual le hacía deducir que ambos estaban hasta la orejas de rojos. 

El sonido de sus besos algo sucios y descuidados se oían por el vestidor, los chasquidos que hacían sus lenguas y labios al unirse y separarse de nuevo al volver a acomodarse para seguir besándose. Un ligero hilo de saliva  unía sus labios al alejarse, el menor sacó su lengua para lamer sobre la comisura de los labios de YoonGi, quien tembló bajo aquel acto. 

JiMin abrió sus ojos con cuidado, como si tuviera miedo de ver aquella expresión en el rostro de YoonGi, o simplemente sentía vergüenza por haber sido tan aventado. Bien, algunas veces podía ser muy desvergonzado, pero eso no quería decir que no sintiera pena. 

—Y-yo... — sus respiraciones estaban agitadas, ambos vueltos locos por lo que habían acabado de hacer. 

—No digas que te arrepientes, por favor — YoonGi habló, logrando que JiMin quedara mudo ante sus palabras —, si dices eso, me veré obligado a besarte hasta que descartes esa idea. 

JiMin abrió sus ojos con algo de impresión, aunque algo dentro de su pecho se sintió aliviado al saber que YoonGi decía algo positivo. 

—Entonces no lo diré — el menor plantó un fugaz beso sobre la frente de YoonGi —, pero quiero esos besos. 

El rubio sonrió ante su petición, y como si eso fuera suficiente para dejar de lado sus miedos y penas, ambos se volvieron a sumir en el completo deleite de sentir sus labios. Sin importarles realmente que alguien los escuchara. 

ENCHANTED³ | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora