Sueños y Realidades: De un amor naciente

Capítulo 2: Encuentro Inesperado

Una casa atiborrada de bulliciosa música y luces coruscantes, donde se servía una amplia variedad de bebidas, allí, la puerta se abrió para dos jóvenes que no esperaban lo que les ocurrirían.

Se adentraron en la diáfana vivienda. El lugar tenía a las personas moviéndose al ritmo de la música, mientras que unos tomaban, otros, en las recónditas esquinas, se hacían uno a besos de fuego y a veces hasta algo más.

Siendo un lugar infestado de personas, a Eimy le costó bastante encontrar a su amiga. Sin embargo, después de un gran esfuerzo, finalmente la localizó siguiendo las indicaciones que le dio.

Al verse, se saludaron brevemente.

"¿Y tu hermanastro? ¿No me dijiste que también vendría?"

Dijo Sofia, al recordar los mensajes esbozados de Eimy que le escribía desde el taxi que la llevaba.

Precipitada, Eimy se dio la vuelta, solo para notar que ya se había esfumado.

"Aaaah, ¿está por ahí... divirtiéndose?"

Balbuceó Eimy, intentado dar una excusa para su despistada actitud.

"Baah, mejor ni te pregunto que tienes cara de no saber nada."

"No, te digo que lo vi justo detrás de mi hace un momento"

Moviendo las manos, Eimy intentó conversarla. Pero poco podía hacer para engañar a alguien que la conocía hasta el alma.

"Bueno, bueno, ya no importa. Aunque quería ver si es tan guapo como me dijiste, pero qué se le va hacer. Mejor vamos a divertirnos."

Comentando en broma, Sofía le dio una ligera sonrisa para que se olvide de aquello. Para después tomar su brazo y llevarla hacia la diversión, adentrándose en la multitud.

Las dos amigas chispeantes se movían al compás de la música. Mientras que la oscuridad, era atravesada por destellos de luces de colores, creando una atmósfera parecida a la de una discoteca, incluso tenían una pequeña barra con mesas a su lado.

Ambas se limitaron a bailar tres canciones, ya que Sofia había visto algo inesperado entre la escasa iluminación de la casa.

"No jodas, ¿acaso esa no es la perra de Leslie? Y ... ¿un extranjero?, mierda con lo guapo que es."

Sintiendo lo injusta que es la vida, Sofía casi no pudo contener la torrente de maldiciones que estaba a punto de escupir.

"¿Dónde?"

Gracias a una creciente curiosidad, Eimy preguntó, intentando mirar más allá de la abrumadora música.

Cuando sus ojos captaron bien la escena que le señalaba Sofía, Eimy vio a su peor enemiga y a su hermanastro juntos en uno de los sofás, que siempre actuaban como cunas para las aventuras.

"Que mierda, pero si es mi hermanastro."

Junto a una expresión disgustada, Eimy escupió sus palabras al ver lo extraño que era la situación.

"No jodas, ¿en serio?"

Lamiendo sus labios, Sofía exageró su expresión al examinarlo.

"Con razón estabas tan despreocupada, si que es muuuy guapo, no no no, incluso "guapo" se queda corto."

Molestando a su amiga, Sofía exageró más de lo habitual sus comentarios, aunque en secreto sentía que sus comentarios no estaban tan desacertados.

"Eimy, pero aun así...."

A diferencia de su anterior expresión burlona, ahora una ligera preocupación teñía su tono voz. Todo para volver hacer acordar a su amiga que pisara tierra con sus tonterías.