Café y letras

No aceptar

No hagas esto, no hagas aquello, no sientas esto, no sientas aquello, no pienses esto, no pienses aquello...

"trying loving from afar" 

Tratar de amar en la lejanía, típico concepto de película romántica que termina con ellos amándose hasta que la muerte los separe, o incluso ni eso. 

La realidad suele ser más racional, normal, vaga, triste. Pensar en el más allá y tener la esperanza de que alguien te ame de tal forma, te trate de tal forma es muy placentero. La vida nos hace presenciar momentos con personas que a veces nos quitan esas esperanzas, es por eso que existen las películas, dicen. 

Encontrar alguien con quien sentirse cómoda es difícil, y si se nos da esa oportunidad, a veces ni siquiera llegas a conocerlo completamente. 

Ese miedo de que nos depara el futuro te carcome por dentro sacándote la respiración, el amor. 

Amor, pocas personas, a mi parecer, dicen haberlo vivido completamente y somos billones en este mundo. se trata de tiempo?, ¿ganas?, ¿razones? sé que hay una gran diversidad de amores, la que más me genera incertidumbre es la romántica, en donde pones toda tu vida en manos de alguien que jura jamás hacerte sufrir, juran nunca dejar de quererte. 

Mi punto es, que pasa cuando nos quedamos callados?, cuando aceptamos el hecho de que no, "no es por ahí". Tengo mis razones, aunque me encantaría que una de ellas no sea un determinante. 

Quedarnos callados no es un bien, ni física, ni mentalmente. El cuerpo se da a entender cuando nos encerramos y vaya que si lo hace. La ansiedad y la tristeza no tardan en convertirse en falta de apetito, falta de sueño o incluso en sueño excesivo. 

El amor es un camino arriesgado y vaya que dan ganas de caminarlo todas las veces que aparecen delante nuestro. Pero hay caminos muy largos, algunos incluso se les ve el final, no por falta de esperanza o ganas, sino razones claras del porqué de su fin. Es lindo no ver el final de ellos, pues nos conformamos con los pequeños pasos que se dan mientras los caminamos. Es doloroso cuando dejamos de hacerlo, el caminar, pero creo que es peor si nunca lo hacemos. cuando vemos el camino como una primavera floreciente, llena de colores y climas cálidos tan así que se nota el brillo en nuestros ojos, dejando a relucir nuestra inocencia ante ello, pero al fin y al cabo se ve tan lindo pero irreales a la vez. Nunca inician, nunca empiezan. 

No pudimos serlo, porque sos una imaginación mía, no pude caminar porque tardaría años en llegar, porque hoy no tengo la energía para hacerlo, porque tener problemas es parte de mí y prefiero enfocarme en poder solucionarlos y juntar mis piezas que a arrastrarme con ellas. 

Encerrarme en mi misma se ha vuelto parte de mi vida cotidiana, la ventaja es que logro reflexionar conmigo misma y entenderme al final de todo. Pero existe esa mágica acción de hablar y soltarlo, de forma literal, soltamos un peso de encima nuestro, aun así, se trate de solo expresarse.

La magia existe, existe en aquellas acciones simples que hacemos en el día a día. A veces me pregunto si estamos condenados a necesitar de alguien más para vivir, para estar. Pues últimamente no me siento bien en mi soledad, al menos con esa frase engaño a mi mente para evitar mis inmensas ganas de querer hablar y escribir párrafos de cómo me siento y explicar el porqué de cada uno de mis sentimientos y también dar mis razones de por qué es mejor aislarme que a enfrentar. 

Vueltas y vueltas que a veces marean. Vueltas en circulo deseando por un final diferente, porque es mejor esperar que a sacar un pie y caminar en una dirección diferente. Por miedo o incluso amor no querer mirar a nuestros costados y darnos cuenta de que nada es como antes. Creernos capaces de poder mantener todo como está ignorando que ese todo ya está destinado. Porque es mejor caminar en la primavera con nieblas en nuestros pensamientos y escalofríos en el cuerpo, que caminar en la oscuridad con la paz y aceptación de dejarlo ir conociendo de la calidez enfrente nuestro.