¿Cada mujer siempre sueña con su príncipe o no? siento que me he equivocado en cada teoría que dicho hasta ahora porque no todas las mujeres queremos ser salvadas, y en este caso yo si necesitaba ser salvada, lo necesitaba, necesitaba que me sacaran de casa, necesitaba esa figura que me supliera lo que mi madre en sus limitaciones no podía, y siempre me pregunte si existía ese hombre ideal, ese hombre que te de flores solo porque existes no porque hizo algo malo, ese príncipe que te presuma, que sea esa persona que se sacrifique por ti si así es necesario, y me aferre a esa ilusión desde los 10 años a pesar de todo lo que yo aprendí de mi padre no creía que todos fueran así. ¿Existía alguna probabilidad de que yo Eloise pudiera tener un príncipe?
Cuando mi madre decidió dejar a mi padre de una vez por todas nos tuvimos que mudar donde mi abuela al otro extremo del país, dejando así todo el dolor en el pasado o al menos eso quería ella, comenzar de cero, ella hacia cuanto podía para disimular lo desecha que estaba, pero todo fue en vano puesto que era inevitable verla llorar por las noches, donde le teníamos que rogar para que comiera y saliera del cuarto, en ese momento de depresión las cosas resultaban más difíciles porque, aunque se asilaba por horas en ella todavía vivía eso de sobreprotegernos, pero nos descuidó en cierto tiempo y en ese momento fue que todo se vino en picada y ella no se dio cuenta hasta cuando tuve 20 años que me llorando le confese la verdad de lo terrible que nos había pasado a Javiera y a mí, eso que tanto le había temido que nos pasara.
Cuatro estudios realizados en algunos países coinciden en señalar que entre un 23 y 25 por ciento de las niñas, así como entre un 10 y un 15 por ciento de los niños sufren o han sufrido algún tipo de abuso sexual. En países latinoamericanos o africanos los porcentajes antes señalados pueden ser mucho más elevados, y esto sigue siendo un tabú en varias familias por ejemplo en la mía lo es, se puede hablar del abuso de una actriz o incluso de la vecina, pero no del mío o del Javiera porque es una abominación.
Me costó acoplarme al cambio de estar en un nuevo país, porque siempre he sido la más callada de mis hermanas, mi madre nos matriculo a mis hermanas y a mí en la misma escuela, no era muy lejos ya quedaba a unas pocas cuadras del barrio en el que vivíamos
-una escuela pública madre? se quejó Javiera, a lo que mi madre le respondió: -Javiera no tenemos el dinero suficiente para poderlas matricular a las 3 en una escuela privada así que tendrás que conformarte y deberás hacerte cargo de Eloise y Monserrat ya que son las menores.
El primer día de clases me hacían bullyng por mi acento y por andar peinada siempre con dos colitas, me decían que era la típica niña fresa y mimada solo por ser callada y no juntarme con ellos en recreo, envidiosos pensé, pero no les decía nada, no era tan buena a los golpes como mi Javiera así que probablemente que darían una paliza y así pase toda mi primaria en ese van y ven de burlas y críticas y sin amigos hasta que llegaba a casa a llorar y ponerle las quejas a mi madre que solo me abraza y me decía que los ignorara que ahí se cansarían pero esta vez se equivocaba, mi único refugio en esos momentos era francisco mi amigo del barrio que en secreto era mi novio.
Conocí a francisco en mi niñez en esos viajes que hacían mis padres cuando querían despejarse de todo, veníamos a visitar a mi abuela y ahí estaba el, un niño muy simpático y amable que me consentía y me llenaba de golosinas cada vez que podía, al mudarme pudimos retomar lo que dejamos en la infancia y tener un poco más de conexión, ya no nos mirábamos como simple amigos sino como algo más, cabe destacar que francisco tenía dos hermanas a las cuales les caía pésimo por eso mismo de que me miraban como la niña fresa, e infantil por usar mis dos colas pero eso no me importaba, yo quería a francisco y el a mí, se podría decir que era mi lugar seguro, le podía contar lo que me dolía, podía llorar en sus brazos cuando era necesario.
Pasaron los años, y sus hermanas me aceptaron ya no me miraban con esos ojos de odio, sino como la cuñada la cual les tenía que ayudar con su hermano mayor, convenciéndolo de ayudar en alguna travesura, o darles permiso de salir a alguna fiesta, recuerdo nuestra primera fiesta juntos, bebimos ron y me termine besando a Ale, la hermana de francisco.
No sé cómo describir ese beso porque fue rápido pero tierno, y tampoco sabía cómo tomarlo es decir era mi cuñada y ese beso estaba fuera de lugar, pero me había gustado y quería más, así que en un descuido me armé de valor y la volví a besar esta vez con los ojos abiertos para ver su reacción.
Ale era guapa, pero ruda en muchas ocasiones le tenía miedo por su forma de ser y responder que te habla sin miedo y tosco, pero también era agradable y cálida me emocionaba cuando recibía alguna muestra de cariño ya sea unos buenos días y con siguiente su maltrato.
Empezábamos a tratarnos como novias sin serlo porque obvio era la novia de su hermano y aunque ella era lesbiana y solo sus hermanos sabían seguía en el closet con miedo que sus padres no la aceptaran y la corrieran, entonces los besos entre y yo seguían poniendo de pretexto lo mareada que me ponía el licor hasta que me llegue a besar a la otra hermana, Mia.
JAJAJAJAJA ya sé lo que deben de estar pensando, pero es que ambas estaban buenas y ambas me trataban igual y me confundían más cuando las llegaba a besar y se hablaba muy explícitamente en las conversaciones, esos audios calientes que tenía y esas risas de las bromas que dábamos
Mia era todo lo contrario a Ale, Mia era algo exigente con los besos, y también padecía de bipolaridad constante, que era algo alarmante pero no podía juzgarla porque yo también era igual que el que me soportaba era Francisco, y en un momento a otro quede atrapada entre los 3 hermanos y amando los besos de cada uno y el efecto tan embriagador que tenían.
ENTRE BESOS Y BESOS DESCUBRI QUE ME GUSTABA LOS BESOS DE LAS MUJERES, PERO NO QUE ME PODIA ENAMORAR DE UNA.
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Confesiones de una hetero curiosa
Novela Juvenil¿Dicen que la curiosidad mato al gato no? Bueno a mí no me mato, pero me hizo sangrar y retorcerme de dolor hasta en el piso porque ya la cama no era cómoda.