His eyes - Larry Stylinson

Capítulo 2.

14 de Marzo de 2013.

Desperté esta mañana por el irritante sonido del despertador que decía ''06:30 am'', sabía que me esperaba un largo día, sin embargo me sentía con ánimos.

Luego de salir de casa, me dirigí a buscar a mis dos pequeñas a casa de su tía, para llevarlas a la escuela, cuando llegué, saltaron para darme un fuerte y apretado abrazo, y ahí fue cuando empezó realmente mi día.

Cuando llegué a la oficina, estaba Ethan con cara de preocupación, en el mismo momento que me senté a su lado comenzó a hablar.

—Aún no dice nada, este idiota me está sacando de quicio.

—¿Y cuánto llevan interrogándolo?

—Más de un mes, a cada pregunta que le hago, responde solo con sarcasmos e ironías .

—¿Tiene antecedentes?

—No, sólo el homicidio que cometió.

—Hablaré con él.

—No está permitido, es mi caso.

—Me vale.

Ahora que escribo, me doy cuenta de mi buena memoria, pues recordé muy bien nuestro diálogo. Antes de salir de la oficina, tomé el expediente del tal ''Harry'' , en ese momento me reí de su nombre porque ¡vaya! que feo nombre. Pedí que lo llevaran a la sala de interrogatorios, y cuando entré, estaba sentado allí. Me senté frente a él y sin más hablé.

—Hola

Respondió con un ''hola'' un tanto sarcástico, como dijo Ethan.

—Sin rodeos ¿Que fue lo que hiciste?

—Tienes el expediente ahí, ¿O es que no sabes leer?

—A mi lo que me importa no es el expediente, sino lo que tú tienes para contarme, o no estaría aquí y solo te ejecutarían.

—Tienes razón, pues que lo hagan.

Luego de eso miré sus ojos, no lo sé, pero siempre he creído que los ojos son el reflejo del alma. Mostraban sinceridad, tristeza y frustración quizá.

—Tus ojos no dicen lo mismo que tus labios.

—Si miras mis ojos y mis labios podrías salir enamorado de aquí.

—Si dices la verdad podrías salir de aquí vivo, y continuar como humorista, por lo que veo el humor se te da más que los crímenes.

—Y tú te estás desperdiciando como detective, por lo que veo no consigues nada, dedícate a la Oftamología, es lo tuyo.

—¿No me dirás la verdad?

—La verdad está en el expediente, ya lo dije.

No hubo caso, luego de hablar más de una hora, realmente me sacó de quicio, a pesar de mi eterna paciencia. Llegué a casa y cuando Alissa me vio llegar, corrió a mis brazos para luego decirme ''te extrañé mucho papá''.