En el momento en el que lo vio por primera vez, estuvo segura de lo que él era. No porque cargaba encima una belleza extraordinaria complementada con un magnetismo divino, sino porque podía ser capaz de sentir la energía sobrenatural que irradiaba y...
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Miércoles. Al menos mitad de semana.
Lina se sienta en el mismo asiento de siempre dentro del buffet de su instituto, el cual se encargaba de proporcionar todos los comestibles que los alumnos dispuestos a pagar desearan. No era grande y el sector de mesas era poco concurrido ya que todos optaban por comprar y dispersarse por los patios de la escuela con sus grupos. Había solo dos filas, con cuatro grandes mesas a cada lado. No era necesariamente una cafetería, como la de las películas pero era lo que más se acercaba.
Era comodo, silencioso y podia comer. Algo que no permitian en su lugar favorito en esa escuela, la biblioteca. Así que dejo su paquete de papas fritas a un lado en la mesa despues de abrirla y tomo su diario.
No era un diario en el cual escribiera toda su rutina diaria, o incluso aquello que salia de ella. No, había dejado de hacer ese tipo de cosas desde hace tiempo. Pero la escritura era importante en su vida y aún usaba las hojas para desahogarse en algunas situaciones, anotar recordatorios, frases que rondaban su cabeza y principalmente sueños.
Esa mañana, se habia despertado con una loca idea en su cabeza así que antes de salir de casa, habia tomado su diario y lo habia guardado en su mochila. No tuvo tiempo de mirarlo en clase, y tampoco pensaba hacerlo frente a su sospechoso compañero de banco el cual despues de la escena del lunes -la cual habia dejado una marca sobre su brazo como recordatorio- se habia comportado con una extraña normalidad. No le dirigia la palabra, tampoco la miraba pero siempre estaba ahí, y por alguna razón sentia como si la vigilara todo el tiempo.
Sentia que habia algo más y esa idea no la dejaba dormir en la noche, por eso cuando su cabeza fijó un extraño interes en su diario esa mañana, sabía que su investigacion debia comenzar por ahí.
noviembre 18, 2016
Con una mirada
Quedaras hipnotizada.
Con una sonrisa
Estarás perdida.
Con una caricia
Serás casi mía,
Y si te beso
Hasta robarte el último aliento
Tu alma pertenecerá
Al príncipe sangriento.
octubre 23, 2017
Ojos azules, ojos azules que muestran una profundidad oscura en donde cualquiera es capaz de perderse. Hipnosis helada y nada más, sé que pertenecen a un chico pero no puedo ver más allá de ellos.
noviembre 1, 2018
Es él, no pronunció palabra alguna pero sé que esa sonrisa encantadoramente peligrosa y afilada, y esos poderosos ojos azules pertenecen a él, al príncipe sangriento.
