En el momento en el que lo vio por primera vez, estuvo segura de lo que él era. No porque cargaba encima una belleza extraordinaria complementada con un magnetismo divino, sino porque podía ser capaz de sentir la energía sobrenatural que irradiaba y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un segundo antes de que la melodía proveniente de su celular comience a sonar, Lina ya había apagado la alarma. Era lo sencillo, despertarse al escuchar la mínima vibración, lo complicado era arrastrarse fuera de la cama.
Lunes, como odiaba los malditos lunes.
Soltando un bostezo se estira en la cama y se sienta en ella. No podía darse el lujo de quedarse un segundo más acostada en su adorada cama, o el agradable sueño la abrazaría por completo y eso en definitivamente era genial, pero algo se interponía: examen de matemáticas.
Si había algo peor que los lunes, eran los exámenes de matemática en la primer hora. Algo que repetía en cada oportunidad que se le presentaba. Además no tenia como escapar.
Un fuerte sonido se escucha proveniente de la habitación de al lado, es la señal que Lina usa para saltar de la cama y correr a través de la habitación para atravesar la puerta y salir al pasillo. Cuando la puerta de Aylen se abre, la puerta del único baño en la casa se cierra, con Lina adentro.
Celebra ligeramente el ganar le primer turno del baño, su hermana parecía tardar una eternidad en aquel lugar y hoy no era día de llegar tarde al instituto.
De vuelta en su habitación se dispone a colocarse el uniforme escolar que la noche anterior había dejado sobre su escritorio, una chomba blanca y un jogging gris holgado, más su elección personal de calzado: sus amadas botas militares.
Se da una mirada al espejo antes de salir. Su cabello lacio de un color castaño irregular caía suelto y largo porque odiaba recogerlo y pensaba que no necesitaba peinarlo. Su rostro esta bien, apenas un poco de polvo para tapar imperfecciones de la adolescencia, un delineado negro algo largo y mascara de pestañas que resaltaban las densas y largas pestañas que ya poseia.
Estaba lista.
Toma su celular, auriculares y anteojos de descanso de marco rojo que se encontraban en su mesa de noche y coloca todo en su mochila antes de salir. Corre escaleras abajo con rapidez, decidiendo mentalmente que no tenia tiempo de desayunar, ya lista para salir pero en la planta baja junto a la puerta, su padre esta parado con la mirada en su celular impidiendole escapar sola.
— Yo las llevo.
Informa al percatarse de la presencia de su hija, su voz es grave pero baja.
— Pero estoy apurada, hay examen de matemáticas y Aylen tarda.
— En ese caso, las dos tienen examen de matemáticas, así que vamos a esperarla.
Suelta un resoplido y se posiciona junto a la puerta de brazos cruzados, impaciente. No solía tener problema con llegar tarde al instituto, odiaba ese lugar y prefería pasar lo menos posible en el, pero había días especiales como cuando había exámenes en la primer hora y el retraso generaba una baja de puntos.
