Alice Human Sacrifice: La quinta Alicia

Capítulo 1 •El sueño•

Alicia en el país de las Maravillas siempre me atrajo, y siempre me encantaron las diversas versiones de esta historia pues el quedar atrapado en un sueño era algo naturalmente imposible... Y esas cosas imposibles eran las mejores...

En cuanto descubrí aquella canción no pude dejar de escucharla, una nueva versión de la historia que tanto amaba, pero esta era algo diferente.

La canción conocida como "Alice Human Sacrifice" o "Los sacrificios humanos de Alicia" contaba la historia de un sueño, un sueño que no quería ser olvidado, y para no perderse entre todos los demás sueños decidió encerrar personas dentro de si para no terminar nunca.

Cada Alicia tenia una cualidad la cual hizo que el sueño se fijara en ella, la primera era valiente, la segunda talentosa, la tercera humilde y la cuarta curiosa, pero estas cualidades fueron las que terminaron destruyendo a cada una de ellas.

La canción terminaba con una simple pregunta: ¿quien será la siguiente Alicia?... Todos hacían sus personajes, otros decían que eran tal o tal otro personaje, y otros hacían fanarts sobre cual sería la siguiente Alicia según ellos continuando así la historia, manteniendo viva la canción...

A pesar de saber que ocurria con cada una de ellas siempre me pregunte que seria estar atrapada dentro de aquel sueño. "Tal vez el sueño en realidad existiera" pensaba, pero eso no era más que una tontería.

Con ese pensamiento me fui a la cama dispuesta a descansar.

Cuando desperté ocurrió algo extraño, estaba en un lugar diferente a mi habitación...

Sin duda alguna era un sueño, pero era tan real que me emocione, pues muy difícilmente una persona tenía un sueño de aquella manera, sabía que estaba soñando y era consciente de mis acciones, sin duda sería el mejor sueño de todos.

El lugar donde estaba era un hermoso prado donde se encontraban varios rosales con flores blancas, a lo lejos se podía ver un pequeño pueblo junto a un imponente castillo, y más a lo lejos había un oscuro bosque. También me di cuenta que cerca de mi había un lago cristalino, y me acerque a él.

En cuanto llegué me percate de otra cosa, en aquel lago había un pequeño niño, no se si porque así lo quise o porque fue solo un reflejo, me acerque a él. Era mucho más bajo que yo, con un cabello corto café y vestido con una gran camiseta blanca. En su rostro se dibujaba una sonrisa fría y su cabello cubría sus ojos.

Sin saber porque motivo sentí escalofríos a cada paso que me acercaba, pero hice caso omiso a ello y me puse frente al pequeño niño. Abri la boca para decir algo pero el se adelanto.

—¡Hola! —me saludo con cierta curiosidad.

—Hola... —quise agregar más, pero ¿que podía decirle?

—Estas muy confundida, ¿cierto? —pues si, era verdad, me sentía muy confundida ante esa situación, asentí.

—Bueno, pues debes saber que ¡yo fui el que te trajo! —dijo con una gran alegría.

La situación la reconocía, de eso estaba segura, pero ¿de donde?... ¿donde había pasado eso?... ¿donde?... ¿donde?...

...

.... ¡Claro! El niño desconocido era el pequeño sueño que atrapó a las Alicias... 

...Entonces eso quería decir que...

Al instante retrocedí un par de pasos y mire fijamente al niño. En seguida en cielo comenzó a oscurecer y las rosas blancas que había visto anteriormente comenzaron a cambiar de color, sin moverme de lugar dirigí la vista a las flores las cuales cambiaban a un rojo carmesí, después cambiaron a un azul brillante seguido de un verde esmeralda, pasaron por un hermoso amarillo y terminaron en color negro... Un opaco color negro casi hipnótico.

Las rosas no cambiaron de color otra vez y yo seguía sin desviar la vista.

—¿Te encuentras bien? —me preguntó el niño con notable preocupación.

—Ehh... Si... —respondí sin verlo, seguía viendo las flores.

—Son bonitas ¿no?... Y mira, combinan con tu vestido —escuchar esto me hizo por fin voltear la cabeza y verlo otra vez, no entendía a lo que se refería.

Aún confundida dirigí mi vista hacia mi ropa y me di cuenta que el pequeño sueño tenía razón, ni siquiera me di cuenta de que tenia puesto un vestido negro, era un poco corto, combinado con tonos grises y también calzaba unas botas negras... Negras igual que las rosas...

—Al parecer tu color es el negro —me dijo con una sonrisa en el rostro —espero que te guste el vestido, lo escogí yo mismo al igual que la ropa de los otros...

"Los otros"... Sin duda se refería a las Alicias...

—También los escogí a ellos, solo espero no haberme equivocado contigo.

—Pero... ¡yo no quiero estar aquí! —quería salir, todas las Alicias habían muerto y yo era la siguiente...

—Lo siento, pero no saldrás, yo se que tu eres la indicada, tu creatividad es la que arreglará mi mundo.

—¿Creatividad?— ¿pero de que rayos estaba hablando?

—Si, he visto tus dibujos, tu te expresas de esa manera, eso es lo que le faltaba a los otros que traje aquí.

Esto no podía estar pasando... Simplemente no podía pasar... Pero... Esto era solo un sueño ¿no?... Si era solo un sueño... Y en cualquier momento despertaría...

—Se en que estás pensando, todas pensaron eso, pero esto si está pasando... Es un sueño, pero este sueño es real...

Me quede callada, estaba asustada, no quería estar en aquel lugar...

—Pero si tanto quieres saber como salir te lo diré...

—¿En serio? —pregunté con esperanza.

—Si, es muy sencillo, solo tienes que encontrar una puerta.

—¿Una puerta? Y ¿donde está?

—En el castillo de la tercera Alicia.

—Perfecto, será sencillo —seguramente era ese hermoso castillo que se veía a lo lejos.

—Pero antes debes encontrar cinco llaves, cada una perteneciente a una Alicia.

—Creí que eran cuatro —o tal vez los gemelos que conformaban a la cuarta tenían dos llaves.

—La primer llave la podrás encontrar en el bosque —ignorando por completo mi pregunta siguió explicando —la segunda en el lago, la tercera en el castillo y la cuarta cerca del rosal más grande, la quinta la puedes encontrar en tu bolsillo.

Metí mi mano en el y me sorprendí al encontrar la lleve, la saque para verla y era de color plateado con una pequeña y redonda joya color negro.

—Te deseo suerte, me gustaría que lo pensaras y te quedaras quinta Alicia —no sabía porque pero al escucharlo decir eso me dieron escalofríos.

Volví a meter la llave a mi bolsillo, mientras tanto el niño desapareció delante mío.

Siempre creí que esa canción no era más que ficción, que nada de eso había pasado... Pero ahora resultaba ser real...

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¡Hola! Bueno, esta es una historia que tenía hace tiempo y deje abandonada, pero ahora ya la comencé a editar y la terminaré (algún día(?))