Todo Fin Es Un Principio.

69 4 5
                                    

Después de esa tragedia me costo mucho volver a la normalidad. Esta de mas decir que en un año pasan muchas cosas. Estudio, trabajo, amistades, familia... ¿Tenia algo de eso? 

Solo aparecí de un momento para otro en una habitación amplia. Recuerdo que eleve mi cuello y un dolor inmenso recorrió mi cuerpo, logre visualizar antes de volver a la posición unas mantas color verdes agua bien dobladas sobre mis pies, en la repisa de allí unas flores un poco marchitas. No había nadie al rededor, en el vació retumbaba el sonido del monitor cardíaco. Había escuchado a mucha gente decir que al estar en este "Sueño profundo" (coma) podían oír todo a su alrededor, pero no socializar. Yo no podía decir lo mismo... o nadie había ido a visitarme o solo no recordaba nada. Y si, unas horas mas tarde lo confirme. Claramente estaba bajo el efecto de algún medicamento; me propuse a levantarme. Sentí que no podía controlar nada de mi cuerpo, estaba sin fuerzas.

Parece que pasaron horas, pero fueron solo unos minutos de despertarme que me dispuse a desconectarme todos los cables que tenia en mi. Logre ponerme en pie y camine hacia una puerta de vidrio. Cuando una chica me detiene, -"Es una paciente mas" - pensé. Estaba con vendas en su cabeza, descalza, tenia una tes muy blanca y su pelo muy despeinado. Oh Dios, ¿Sabes lo que es mirarte al espejo y desconocerte? No se lo deseo a nadie.

Luego de preguntarme a mi misma donde se encontraba el baño, comprendí:

Ahora empezaba todo.

Cuando la enfermera no me encontró, un grito mezcla felicidad y nervios irrumpió en el piso. Todos los doctores vinieron corriendo hacia mi habitación. Se encontraban muy exaltados y claro, puesto que un año no era para menos.

Un grupo de gente aguardaba fuera mientras el doctor me hacia seguir una luz, y una enfermera me hacia respirar profundo. Habiendo terminado dijeron:

—Ya pueden pasar.

Con una sonrisa en el rostro, primero entro una mujer muy linda, con un aire sofisticado. Y dijo:

—Jael, realmente haz despertado. No puedo creerlo.— Sus ojos se llenaron de lagrimas.

No sabia que decir, sinceramente no la conocía. 

Finalmente todos los que aguardaban pasaron uno por uno y a ninguno de ellos logre recordar.

Se sentía tan mal no poder abrazarlos con el mismo cariño que ellos a mi, saber que ellos estaban llenos de recuerdos de mi y yo ninguno. Todos esos momentos felices ¿Los lograría recordar alguna vez?

El doctor nos dijo que todo iba a pasar, que poco a poco iba a ir recuperando mi vida. Me diagnosticaron AGT (Amnesia global transitoria). Un síndrome que se caracteriza principalmente por una disfunción temporal pero prácticamente total de la memoria a corto plazo. Con respecto a las lesiones del accidente, no era mas que una u otra cicatriz.

—Cicatriz: alteración permanente de la apariencia dermica consecutiva al daño y reparación colágenosa de ésta.
Cuantas cicatrices a veces se forman en nuestro corazón... ¿Yo tendré alguna? —dije mientras me pasaba las manos sobre mi cuerpo, como si recién me conociese.

 Era extraño ver un cuerpo desnudo con marcas de batalla y no recordar como me las había hecho...

—La de la rodilla te la hiciste a los siete años, estabas jugando una carrera contra Sebi... Recuerdo como contenías las ganas de llorar hasta que te abracé. —Dijo Leticia, mi tia. 

Ella fue quien me crió cuando mi madre se fue a Londres por causa de trabajo, allí conoció a alguien y desde entonces no la he vuelto a ver.

—Supongo que tampoco recuerdas a Sebastián. —Dijo con un tono triste y siguió con lo suyo.
De golpe me invadió una sensación extraña, y un nudo se formo en mi garganta. No entendí lo que mi cuerpo sintió, pero de repente mis ganas de comer se esfumaron. Le dije a mi tía que ya no tenia apetito y me fui a mi recámara. Llegada madrugada, empecé a oír una voz a lo lejos e imágenes aparecían en mi mente.

 Una foto de mamá, una pelea en el colegio. Sonidos, risas. 

¡Por favor! ¡Despierta! Por lo que más quieras, despierta. —repetía de manera sollozante.

 Llegada a las ocho, la voz desapareció con la presencia del despertador (...)

Antes Del Adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora