Aquí vamos.

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Al instante todas las miradas se fijaron en mi. Notablemente los chicos tenían muchas expectativas; ver llegar a una dulce, tierna y sexy chica dócil que cante como ángel descendiendo entre las estrellas.

Para fortuna de las chicas se encontraron con todo lo contrario.

No es que sea fea, es mas, no me considero así; mas bien he aprendido a amarme con cada detalle. Pienso que todos somos bellos en una medida y que cada persona tiene su propio gusto.

Las miradas de las chicas me confirmaron que mi vestimenta estaba bien para pasar "desapercibida" entre ellos.

Ron es un amante del talento juvenil, desde el principio me convocó con el fin de empezar como mentora; se complico con el consejo cuando se enteraron que tenia la misma edad que los alumnos.

Era ¡Inaudito, insólito!

Luego del accidente revimos las posibilidades y llegamos al acuerdo de ingresar como estudiante. Aquí el porque de la vestimenta, y todas las burlas que recibí el primer día de entrada.

Todos me saludaron solo por la presencia del Sr Gutamian, a penas la puerta se cerro el ambiente se torno denso e incomodo.

—Aquí vamos Jael. 

En el rincón contra la ventana derecha estaba la niña de las cartas.

Evidentemente un cartel luminoso la señalaba diciendo: "Aquí, depositar toda su basura". Me acerque a su cubículo e instantáneamente escuche las risas.

Estaba cavando mi propia fosa.

—Hola "M", ¿Puedo sentarme aquí?. —Dije a medida que sacaba mis cosas.

—Puedes, pero no deberías... Contesto retraída luego de un breve silencio.

—Si es por ellos, no te preocupes. No me molestan.

Que GRAN mentira acababa de decir.

La verdad es que pierdo los estribos fácilmente, esa era mi preocupación inicial. Ron logro convencerme diciendo que los alumnos de su institución eran muy comunicativos y bondadosos. ¡Claro!

—¿Qué tenemos aquí? Toda una nerd. Pobre y becada. Oí una voz masculina que hizo que girara hacia a el agarrándome de el mentón. Todos rieron.

—¡Ay! Ya suéltala Lucas, no querrás contaminarte. —Interrumpió una rubia superficial que sostenía un violín en su mano izquierda.

Al entrar el profesor todos volvieron a su lugar.

Mi cara estaba roja, completamente roja. Una ira recorrió mi cuerpo y no podía reaccionar.

—Recién es el primer día Jen, solo restan unos meses. —El profesor me saca de mis pensamientos.

—¿Jael Rustemberg?-

—¡Presente! —Dije volviendo en mi.

—Señorita, le dije que se presente ante sus compañeros.

Me puse en pie, lentamente, a medida que el murmullo aumentaba. Podría haber inventado una nueva vida, una nueva historia. Nada que me conecte con la realidad que llevaba sobre mi.

Podría haber sido quien quisiera. Tenia el poder de cambiar todo de mi, por unos meses, tan solo por unos meses; seria alguien mas.

Cuando estaba a punto de comenzar, la puerta de aula se abre bruscamente.

Todo lo que tenia en mi cabeza se derrumbo en un solo segundo.

—Sr Sebastian llega tarde, una vez mas.— Dijo el profesor molesto. —Siéntese su nueva compañera estaba por presentarse antes que usted entrara.  Me dio señal para que continúe.

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⏰ Última actualización: Mar 11, 2016 ⏰

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