Capitulo 20

433 39 26
                                    

Los días transcurrieron con tranquilidad, si más cosas que hacer y si se preguntan por la carta decidí no leerla, decidí que prefería dejar las cosas como estaban ahorita, mi relación con Carlos iba bien, no necesitaba empeorar las cosas o meterle misterio a la situación.

Y si hablamos de tenis, las cosas iban en viento en popa estaba recuperada casi al 99% y por fin había pisado una cancha después de estos meses de break forzoso

3 semanas antes

Son las 7 de la mañana y si bien, no he pegado el ojo toda la noche por los nervios que tengo en regresar, ya me encontraba preparada para encontrarme con mi entrenador e ir al club. Le di un beso a Carlos, que aún estaba acostado en la cama y salí a encontrarme con el.

Mi entrenador me abrazo con bastante fuerza y me dijo que íbamos a volver a ser mejores de lo que éramos antes, cuando llegamos al club, me encontré con varios fans recibiéndome con pancartas deseándome buen regreso y buena recuperación, algo que, en mi alma y corazón se encendió. Comenzamos a trotar, hacer arañas, movimientos laterales y los movimientos bruscos para detectar donde era y como me dolía y estar preparados para futuros partidos.

Estuvimos practicando y entrenado unas 3 horas y cuando me acerque a la banca a levantar mi porta raquetas e irme a bañar, me encontré con Carlos y unas peonias que traía con él, en ese momento mi corazón latía desbocado a tal punto que sentía que me faltaba el aire; se acercó hacia mí con su sonrisa que le caracteriza y me abrazo.

- Te vi entrenar y sé que es muy pronto para esto, pero después de estos meses siento que quiero permanecer a tu lado, quiero ser tu motivación, tus alegrías y deseo ser la primer y última persona que veas al despertar – dice acercando las flores y en medio de estas se encuentra una cajita, la cual procedo abrir -No quiero que nada nos separe Sofía y me gustaría preguntar si ¿te gustaría casarte conmigo? Tal vez no hoy o mañana, pero en unos años, que los dos estemos preparados para enfrentarlo todo, pero por el momento nos tendremos ¿Qué dices?- me ve con unos ojos de forma de borreguito.

- Si, mil y una veces si me quiero comprometer contigo Carlos – me pongo a su altura y lo abrazo para que se levante, escuchamos unos aplausos detrás de nosotros y me encuentro con mi entrenador y amigo con una sonrisa gigante.

Tiempo actual

Estoy a nada de volver a competir, se viene el abierto de Mónaco y estoy preparada para competir y esta vez no sería condescendiente con nadie, iba a ganar e iba a hacerlo por nosotros.

Cuando ingrese al hotel para competir, me sentí como si unas mariposas en mi estómago estuvieran revoleteando, mis manos sudaban y mi cuerpo temblaba, seguí caminando a mi paso para encontrarme a una persona que no había visto, sin embargo me había dado los mejores deseos para mi recuperación

- Sofi, esperaba no verte tan pronto – me decía mientras se acercaba a saludarme

- ¿Tanto miedo me tienes Tsipas? – lo volteo a ver retadora – ni competimos juntos – comenzamos a reírnos mientras nos abrazamos-

- Tengo tanto que contarte y ver un rostro amigo siempre es bienvenido – me dice alegre, toma mi brazo y me encamina al registro.

Me registre en el hotel y me dieron mi llave de la habitación, Tsipas me invito a comer una merienda con el mientras que los demás participantes se registraban y nos daban instrucciones para lo siguiente.

Durante nuestro chismesito, me conto que tenía una novia que era una maravilla y si bien, Tsipas era mi ex, sus buenas nuevas me alegraban mucho debido a que yo sabia que era buen muchacho y se notaba que estaba enamorado hasta los huesos por ella, la victima en cuestión Paula Badosa, si bien era de mis rivales más fuertes a vencer fuera de la canchas ella era una persona tan mágica y leal que poco a poco se convirtió en amiga y no me molesta que salgan, al contrario que bueno que se encontraron.

Yo le platique todo lo vivido a Tsipas, me daba mucha gracia ver como ponía sus ojos cuando le platicaba las cosas, si tu nos veías parecíamos dos comadres chismosas y es que si lo éramos, cuando termino de platicarle todo, veo que se queda pensativo

- So nosotros corremos el riesgo de desgastar nuestro cuerpo pero ellos corren el riesgo de morir cuando se suben al auto ¿no te da miedo? – me dice un tanto serio.

- No, la verdad es que las normas actuales están previendo eso, evitar accidentes – le digo un poco confiada, pero dentro de mi cabeza comenzó a bailar esa duda. 





Nota de la autora:

Ya estamos casí en la recta final y se vienen lagrimas de cocodrilo (no pago terapias). 

Besitos

Quédate - LANCE STROLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora