La Estación

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Juan era un señor de 40 años común y corriente, como cualquier otra persona. Era 2010, trabajaba de Director en una escuela secundaria y también era divorciado, el tenía la esperanza de volver a encontrar el amor.

Todos los días iba a la misma estación de trenes, ya que en la escuela que trabajaba, le quedaba lejos de su casa.

En uno de esos días, esperando el mismo tren, ve a una mujer muy hermosa sentada en un banco, nunca antes la había visto. Pasado unos 15 minutos, cuando se está por subir al tren, voltea a mirar a la mujer que anteriormente había visto y justo en ese momento se dio cuenta que esa mujer también lo miraba.
Desde ese día empezó a ver a la misma mujer, en el mismo lugar, a la misma hora, pero siempre se miraban, hasta que un día, Juan decidió hablarle:

Juan: -Hola muy buenas tardes señorita- Dijo él, lo cual está solo rió y dijo " Hola buenas", y así empezaron a establecer una conversación. Unos minutos después, el señor se señor se tenía que ir, así que se despidió y se fue.

Luego de ese día, esta mujer se volvió parte de su rutina, hablaban, intercambiaban datos y se iba. Esperanza Espinetta, así se llamaba, ella le había dicho hasta en donde vivía, pero le dijo a Juan que no la visitará y que solo se vieran ahí.
Un día muy frío y ventoso, los dos sentados en un banco de la estación, el hombre notó que Esperanza tenía frío así que le prestó su saco y le dijo que mañana se la devolviera.

Luego de su día al llegar a su hogar, recogió el periódico como de costumbre, y al leerlo se quedó confuso ya que este era viejo y decía que una mujer llamada Esperanza había sido víctima de un asesinato, pero lo que más le confundió fue que en la foto aparecía una mujer igual a la que había conocido en aquella estación.
Desde ese día no volvió a ver a Esperanza y pensó que se había enfermado así que decidió visitarla. Fue a dónde le había dicho que vivía, tocó la puerta y...

Juan: -Hola, muy buenas tardes, ¿Se encuentra Esperanza Espinetta?-

En ese momento la mujer comenzó a llorar y tratando de calmarse respondió:

Mujer: -E-Ella murió hace más de 10 años. ¿Por qué lo pregunta y cómo es que la conoce?-

Juan: -¡Eso es imposible! Hablo con ella todos los di- y antes de que terminara, recordó el periódico. En ese momento estaban pasando más de mil cosas distintas por la cabeza pero con un poco de temor, seriedad y valentía al mismo tiempo dijo:

Juan: -¿En donde la enterraron? Si no le molesta decirme.

Mujer: -Si por supuesto, la enterraron en el cementerio Westinghouse, no se para que lo necesita, pero espero haberle ayudado.

Juan se fue desesperado al cementerio que le había dicho la mujer. En cuanto llego, busco su tumba y cuando la encontró, empezó a cavar con sus propias manos, hasta que llegó al ataúd y se quedó helado al ver los huesos de esa mujer, y su propio saco con una nota a su lado que decía "Gracias por todo, E . E" Juan corrió hacia la estación, pensando en todo lo que había pasado con ella y que quería estar con ella. Del dolor, al llegar a la estación, sin pensarlo se tiró debajo del tren, suicidándose...
y con la esperanza de que la volviera a ver.

589 palabras

P.D: (posdata) En la parte que dije el nombre del cementerio (Westinghouse), no lo inventé. De hecho, George Westinghouse fue un empresario, ingeniero e inventor estadounidense.

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Este fue el final, espero que les haya gustado, y espero que los haya entretenido y atrapado un rato en este cuento, si les gustó pueden compartir o dejar su voto en este cuento. No es tan de terror el cuento que digamos, pero la verdad que creo que si te deja como pensamientos pero bueno, espero de verdad haberlos entretenido...

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