¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader) [HIATUS]

44.- ¿Qué tanto tienes para mostrar, Michael Kaiser?

Bachira realmente ha tenido un progreso exponencial con Lavinho. Ya era hora de que encontrará a alguien que si le entendía y que si puede guiarlo a ser el mejor.

Aún me acuerdo de la presentación de Lavinho. Fue muy graciosa...

...

– _______... Cuando va a venir el maestroooo... Ya se está tardando mucho... -- Dijo Bachira con pesadez.

Yo estaba parada al lado de Bachira y Otoya. Cogía la mano inquieta de Bachira para que se estara tranquilo y sin molestar a nadie. Mientras Otoya iba acariciando mi brazo con delicadeza, de arriba a abajo y viceversa, eso a la vez que me reclamaba un beso.

– Pues no debería tardar mucho... -- Dije yo irritada por la impuntualidad de Lavinho.

Apareció el brasileño con aires de superioridad caminando como si se tratara de un lugar ya conocido. No llevaba camiseta exponiendo su torso de atleta.

Cuando por fin hizo aparición yo me dispuse a repartir los audiculares para facilitar la comunicación entre los participantes y los extranjeros.

– ¡Wow, gracias niña! -- Dijo Lavinho el cual aún no me había mirado a la cara.

El maestro de la liga Española era muy descarado. Estaba revisando mi figura de arriba a abajo, cada cuerva, cada trozo de piel a la vista. Yo chasqueé mis dedos enfrente de su rostro para redirigir su mirada a mis ojos.

– Denada, Lavinho. Soy _______, encantada. Yo soy la encargada de Blue Lock, pero también estoy a servicio de los extranjeros, así que si necesita algo, puede llamarme. -- Le informé.

Lavinho cogió mi mano y plantó un beso en la dorsal. Yo estaba confundida, pero me hice la loca y continúe explicándole cual es mi función en Blue Lock. Él no parecía estar escuchándome, pero confiaba que entendiera lo esencial al menos.

Ya cuando terminé de hacer mi labor le cedí el paso para que ejerciera él con su papel de maestro y les empezará a instruir o algo. Pero entonces...

– ¡No voy a enseñarle a nadie fútbol! -- Dijo sacando la lengua y burlándose de los chicos.

Todos quedaron confundidos, o incluso espantados... Bueno, todos menos Bachira, quien estaba complacido por esos actos tan vulgares e infantiles y que solo los repitió mofándose de él. ¿Como iban a convertirse en el mejor delantero del mundo si ni siquiera el maestro que se les fue asignado quería enseñarles?

– ¡No os voy a enseñar quien es el mejor porque ese soy yo! -- Exclamó el brasileño. – No soy tan tonto como para poner en riesgo mi posición.

– Pero... ¿El mejor delantero no es Noel No-- Bachira habló con inocencia para ser cortado por la rabia y el resentimiento de Lavinho al serle recordado la realidad que se ocultaba tras sus meras palabras.

– ¡¿Qué?! ¡¿Estás buscando problemas conmigo, insecto?! -- Respondió con veneno en su lengua.

– Es lo que escuché en la tele. -- Se justificó Bachira con simpleza.

– Escucha, no me importa lo que los demás digan. -- Contraatacó el brasileño señaladose las entrañas para decir. – Yo tengo al mejor del mundo justo aquí dentro de mí.

Eso exaltó un poco a Bachira, pude ver en sus ojos como se veía reflejado en Lavinho.

– No es algo que cualquiera pueda ver... -- Argumentó el maestro de esta liga. – Esa "imagen" existe solo dentro de mí.

Lavinho empezó a juguetear con el balón mientras explicaba sus razones. Habló sobre el Ginga, sobre la imagen del mejor de mundo... Me encantaba como lo explicaba. Lo de ser el mejor es algo ambiguo por ello cada persona tiene una visión distinta de la perfección. Me gustaba ver cómo les explicaba que ser el mejor consistía en cumplir con lo que a uno le parece perfecto.