Dos días de pensamientos revoltosos en la mente de Sara se vieron irrumpidos por otro encuentro con el chico misterioso del edificio contiguo. De nuevo eran altas horas de la madrugada cuando el insomnio corrompía las ganas y necesidad de dormir de ambos jóvenes que todavía no se podían considerar ni siquiera conocidos.
Como usualmente hacían desde antes de su primer encuentro, salieron a la terraza, el chico directamente por la puerta del balcón y la chica deslizándose a través del bordillo de su ventana.
El muchacho ,de nombre desconocido por ahora, ya se encontraba en su balcón cuando Sara salió al suyo. al hacerlo ambos miraron instintivamente buscando la mirada del otro y cuando cuyos ojos se encontraron , unas dulces sonrisas se dibujaron en sus caras indicando que estaban felices de volver a encontrarse a pesar de no conocerse realmente.
Una pregunta genuina se posó en la cabeza de Sara pero antes de siquiera hacer el amago de realizarla el joven habló.
-James, mi nombre es James.
Lo único que podía pensar la joven era en cual era la posibilidad de que el supiera lo que ella le iba a preguntar pero dejó esa idea de lado y respondió a James de la misma forma que el lo había hecho con ella hace apenas uno segundos.
- Sara , mi nombre es Sara. Encantada de conocerte James.
-Que casualidad vernos de nuevo , no te voy a mentir , el otro día quise entablar conversación contigo pero ya sabes... era demasiado tarde para ir a clases al día siguiente y el frío me estaba matando. - dijo el chico para acabar con una suave carcajada que emanó de sus labios que a pesar de estar oscuro fuera se veía que eran suaves y de un tono rosado muy tenue.
-Vaya , realmente pensé solo yo seguía pensando en eso , incluso me preocupé por si había sido descortés de mi parte- terminó la muchacha también con una carcajada suave al final.
- Descortés? Quien usa esa palabra chica de la ventana?
- Oh vamos , no te burles de mí quieres?
- Cierto , acabamos de conocernos y eso sería, ya sabes, descortés de mi parte.
Dijo James con una sonrisa burlona dibujada en el rostro.Nos pasamos gran parte de la noche hablando hasta q el sueño nos ganó y tuvimos que entrar cada uno a su habitación.
Y entonces, y sólo entonces, cuando si espalda tocó la cama cada uno se hizo a sí mismo la misma pregunta :
" Como es que no le conocía?"
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Lo que una vez fuimos
RomanceLos desengaños, arrepentimientos y malos entendidos no son lo único que acompañaran a dos ,o tres, jovenes enamorados en su historia. Puede que no sea una historia memorable para los demás pero ellos si la recordarán siempre con cariño como una hist...