Amor que Florece 🌹(Rosswell x Emy)

Capítulo 2

Emy caminaba felizmente por el paseo del bosque observando todo a su alrededor.

El sol brillaba radiantemente e iluminaba todo el paisaje dándole un toque de color muy veraniego que lo hacía lucir espectacular.

La chica se sentía feliz y deseaba quedarse en ese sitio para siempre.

Sentía que era una especie de santuario sagrado donde podía relajarse y disfrutar de la naturaleza sin ningún tipo de preocupación, en contacto con la naturaleza a la que tanto cariño le tenía, con sus preciosas plantas y sus adorables animales.

La chica se sentía feliz y en completa calma, admirando aquel hermoso regalo de la tierra que tan bien le hacía.

Los estudiantes de la universidad a menudo no contemplaban de la misma forma que ella el bosque. Ellos lo veían como un lugar sucio, lleno de tierra y asquerosos insectos con la maleza que impedía el paso a ciertas zonas etc, por eso ella era de las pocas personas que disfrutaba del lugar tanto como para ir todas las semanas.

También iban a veces otras personas de su clase, no era la primera vez que se encontraba con algún compañero paseando por la zona, pero seguro era que ella era la persona que más iba al bosque de toda su clase (y probablemente de todo el alumnado universitario)

En cosa de media hora, Emy se encontraba sentada junto un árbol apuntando cosas en su cuaderno sobre las plantas a su alrededor y el paisaje de su entorno.

Disfrutaba plenamente respirando el aire tan limpio del lugar, sintiendo sus pulmones llenos de vida con cada bocanada de aire que daba.

La relajación era tal en ese lugar que muchas veces se olvidaba de la existencia de la vida en el exterior del bosque y ella parecía casi la única en el mundo y el bosque el único lugar del mismo.

Todo iba bien. Continuaba con sus anotaciones en su cuaderno cuando el dolor de cabeza casi imperceptible que tenía antes comenzó a aumentar de forma repentina en un abrir y cerrar de ojos.

Emy se notó mareada, trató de levantarse y qué sorpresa se llevó cuando se vio incapaz. Se ayudó del árbol a sus espaldas para ponerse en pie y lo logró . Sin embargo estaba temblando y se temió lo peor.

En ese momento, la paz y la calma que sentía antes de desvanecieron por completo. Y gritar? Podría? Se preguntaba. Intentó pedir ayuda lanzando un grito, pero no podía.

Por qué? Era el miedo lo que le impedía hacerlo? Ella no lo sabía y comenzó a sentirse histérica.

Quiso coger el móvil para alertar a sus amigos, pero antes de darse cuenta, cayó desmayada al suelo sobre la fresca hierba que amortiguó la caída y le proporcionó la comodidad y el descanso a su dormido cuerpo.

Profunda era su sensación de descanso cuando sintió todo en ella apagarse menos el aire, que todavía entraba y salía de su cuerpo generando un eco en él que la hacía volver a la paz y su corazón, que continuaba bombeando la sangre por sus venas y arterias, logrando mantener el orden en sí misma.

Unas horas después, la chica despertó confusa. Poco a poco abría los ojos y se dio cuenta de que estaba en un lugar extraño.

La oscuridad inundaba su estancia, pero pudo notar el peso de lo que imaginó como unas mantas sobre su todavía cansado cuerpo.

Se levantó tambaleándose un poco de donde estaba. Era... Una cama?

Al estar todo oscuro no se pudo agarrar a nada y cayó al suelo.
Notó que este parecía ser de madera y se arrastró un poco por él buscando algún mueble al que sujetarse o la pared para ponerse en pie.