06. Entrega

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0 días para la apuesta de su padre.

Con el corazón latiendo con fuerza, Taehyung llegó al casino siguiendo los pasos de su padre mismos que lo llevaron hasta ese lugar. La tensión y la preocupación lo embargaban mientras se acercaba al edificio, sabiendo que encontraría a su padre en medio de su adicción a las apuestas.

Al entrar al casino, se encontró con un ambiente lleno de luces brillantes, ruido y emoción. Buscó a su padre entre las mesas de juego y finalmente lo vio arrodillado frente a un hombre desconocido. Su corazón se encogió al ver a su padre en esa posición, implorando a alguien por algo.

Estaba tan avergonzado que decidió ocultarse discretamente detrás de una columna para escuchar la conversación sin ser visto. Sabía que debía ser cauteloso, ya que su padre no debía enterarse de que estaba allí.

Así que se dedicó a observar  desde la distancia, sin poder creer lo que veía. Se sentía vulnerable y desamparado, como si su mundo se hubiera derrumbado a su alrededor.

—Señor Jeon por favor, te lo ruego, perdóname. Fue un error, no pensé que las cosas llegarían tan lejos. No puedo perder a mi hijo, es lo único que me queda en este mundo. —Imploraba con desespero el hombre que se hacía llamar padre.

—Tus adicciones te han llevado a esto y no pienso ceder, quiero conocer a ese chico. —Respondió con una sonrisa en su rostro. .

—Haré lo que sea para recuperar a mi hijo. Te daré lo que quieras, dinero, bienes, lo que sea necesario.

Taehyung sintió una mezcla de enojo y tristeza al ver a su padre en ese estado, arrodillado y suplicando el perdón de aquel desconocido. Sus sentimientos de herida y traición se intensificaron al darse cuenta de que su propio padre lo había apostado, como si fuera una mercancía sin valor. Escuchaba las palabras de su padre con dolor, sintiendo cómo su confianza en él se desmoronaba. No podía creer que su propio padre lo hubiera tratado de esa manera, como si no significara nada para él.

—Oh, no es tan fácil. Tu hijo es especial, y si lo quieres de vuelta, tendrás que cumplir un contrato conmigo.

El señor Kim parecía enloquecido por la idea de perder a su hijo. A pesar de las circunstancias.

—Lo haré, lo prometo. —Respondió eufórico sintiendo una pizca de compasión.

Jeon asintió y se alejó, dejando al padre de Taehyung sumido en su angustia.

Tae se dedico a escuchar a escondidas y a pesar de que ese desconocido era quien se supone había ganado, no pudo evitar notar la presencia y porte del desconocido que le daban un atractivo innegable.

En medio de la tensión y la incertidumbre de la situación, Taehyung no pudo evitar notar ciertos detalles sobre él que le intrigaban.

Notó cómo su mirada intensa y profunda reflejaba una mezcla de poder y misterio. Su cabello oscuro y su aspecto cuidado le daban un aire sofisticado, y su presencia llenaba la habitación con una aura magnética.

Tae se encontró curioso por aquel hombre que había ganado la apuesta. A pesar de la desconfianza inicial y la situación complicada en la que se encontraba, algo en el lo atraía de forma inexplicable.

Quizás era su forma segura de hablar o la forma en que manejaba la situación con una calma controlada. O tal vez era su aspecto maduro y su expresión enigmática lo que despertaba la curiosidad en el menor.

Aunque estaba pasando por un momento emocionalmente agotador, la atracción hacia él era innegable y complicaba aún más sus sentimientos. Por un lado, se sentía furioso y traicionado por la apuesta de su padre y la manera en que había terminado en esa situación. Pero por otro lado, una parte de él se sentía intrigado por el hombre que tenía frente a él.

Sin embargo, Tae sabía que no era el momento adecuado para dejarse llevar por esas emociones. Tenía prioridades más importantes en ese momento: Recuperar el reloj de su madre Que decoraba el brazo izquierdo del hombre.

Se acercó a él con el corazón roto, pero sintiendo la necesidad de enfrentar la situación.

—Padre, ¿cómo pudiste hacerme esto? ¿Cómo pudiste apostarme así? ¿No significo nada para ti?

Sin embargo su padre no puedo darle una respuesta, el alcohol o tal vez el desespero le bloquearon la mente y no sabía en qué excusarse.

Taehyung luchó contra las lágrimas mientras miraba a su padre, sintiendo el peso de la traición en su corazón.

En ese momento, Tae se dio cuenta de que no solo estaba lidiando con la traición de su padre, sino también con las complicadas consecuencias de las apuestas ilegales y el oscuro mundo en el que había sido arrastrado sin saberlo. Y aunque se sentía devastado, también se sintió fortalecido al enfrentar la verdad y tomar control de su propio destino.

Con el corazón latiendo con fuerza, se acercó a ese hombre misterioso, desconocido y atractivo, sintiéndose acorralado y desconfiado de todos a su alrededor. Sin embargo, sabía que necesitaba protegerse y encontrar una salida de esa situación.

—Señor. —Llamó, atrapando su atención. —Tengo una propuesta que hacerle. Estoy dispuesto a cumplir con la apuesta de mi padre y entregarme a usted como el trofeo que ganó, pero solo pido una cosa a cambio.

—¿Y qué es lo que deseas, pequeño?. —Preguntó curioso y ansioso por escuchar lo que el joven tenía que decir.

Tae miró el reloj de su madre el mismo que su padre había apostado, y el desconocí llevaba puesto.

—Solo pido que me devuelva el reloj de mi madre. Es un objeto de gran valor sentimental para mí y es lo único que tengo de ella. A cambio, estaré dispuesto a ir a su casa y hacer cualquier cosa que necesite. Haré las tareas domésticas, correré recados, lo que sea necesario. —Insistió.

Jeon examinó a Taehyung con una mirada penetrante, evaluando su oferta.

—Interesante propuesta, ¿cómo puedo confiar en que cumplirás con tu parte del trato?. —Indagó sintiéndose cada vez más curioso sobre el joven.

—Mi palabra vale mucho para mí. —Aseguró.—Y él... Yo ya no soy su hijo.

Jeon pareció pensar en la oferta del menor por un momento, y luego asintió con una sonrisa.

—Muy bien, acepto tu trato. Entregaré el reloj de tu madre, y tú te vendrás a vivir a mi casa y cumplirás con tus promesas y hacer lo necesario para satisfacerme.

Taehyung asintió, agradecido por la oportunidad de recuperar el reloj de su madre.

—Entiendo, señor. No le fallaré. —Aseguró.

Así, Kim TaeHyung aceptó su destino, sabiendo que esta era la única manera de protegerse y mantener a salvo el objeto más preciado que tenía. Aunque se sentía nervioso por lo que le esperaba en la casa de Jeon, también sabía que estaba tomando el control de su vida y buscando una solución para el futuro incierto que se cernía sobre él.

Con el reloj de su madre ahora en sus manos, Taehyung estaba listo para enfrentar lo que viniera, dispuesto a cumplir con su parte del trato y encontrar una forma de liberarse de las ataduras que lo habían encerrado. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para proteger lo que realmente importaba para él y encontrar la fuerza para enfrentar los desafíos que se avecinaban.

Mientras tanto un Hoseok preocupado frente a la casa de su novio con mil rosas en la cajuela, un hermoso discurso se encontraba esperando por Taehyung, uno que ya no regresaría.

Apostado. •KookTae•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora