2.3. Miserable

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Nunca me dijiste que querer dolía tanto.
Miserables ojos que te miran con locura
mas ignoras por completo mi pesar.

Soy... ¿Qué soy?
Como el Oasis ficticio en un desierto.
Labios que atañen decir tu nombre,
como una ola mítica en tus sueños.

Solamente tus decires tan sinceros me llenan el alma
del placer culposo que me ocasiona quererte.
Siento que el mundo se dirige hacia un abismo aterrador,
tan monstruoso como un corazón desilusionado.

Aún cuando busco tu mano te liberas de mí, me desechas,
has roto la promesa que algún día fue sellada con un beso.
Me convierto en el eco de tus palabras, te hago daño,
yo te arrastro a la miseria que abunda en mí.

Miserable porque aunque te anhele no puedo tenerte.
Porque sé que estar junto a ti es más difícil de lo que imaginé.
Miserable como mi poesía que carece de tantas cosas,
como la tinta resplandeciente de tus lágrimas
o el dulzón sonido te tu risa que rima con el canto de los pájaros.

Nunca me dijiste que quererte dolía tanto,
ni que necesitaba guardar mi llanto para besarte.
Aunque la culpa no sea mía, sé que no te merezco,
porque sería como plantar una flor en el desierto.


(des)AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora