CAPÍTULO I

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-¡Wei WuXian ha muerto!

Esa es la frase que hasta el día de hoy sigue en mi memoria, no importa lo que haya hecho, nada fue suficiente para poder salvarte.

Ya han pasado dos meses desde que todo pasó

Todo lo que se relacionaba contigo lo destrozaron. Ropa, casas, incluso, los tumultos funerarios quedaron hecho cenizas, al final, solo hay tres cosas que quedan de ti

Tu espada

Tu flauta

Y por último, Tu pequeño niño que tanto querías

Fui castigado por Tío e incluso, hermano me reprendió por querer cuidarte

Nada me dolió tanto como tu muerte, no importa cuántos latigazos me dieran los otros discípulos, ni los regaños por parte de los Ancianos o de hermano

Por primera vez me regañaron y por primera vez no me importo

Estoy curándome de las heridas, mientras trato de cuidar del niño, tuvo una fiebre muy fuerte y los médicos dicen que eso fue lo que hizo que perdiera la memoria.

Hermano trata de cuidarme y hablarme de otras cosas mientras me cambia los vendajes, pero nada se me hace interesante

Todos los días me pregunto, ¿si hubiera acompañado tu camino, todo esto hubiera pasado?

Ya no tengo forma de saberlo y me niego a aceptar tu muerte

Me niego a aceptar que si voy a Yiling no te voy a encontrar

Me niego a aceptar que no voy a volver a verte por los recesos de las nubes

Me niego a aceptar que te fuiste pensando que te odiaba

Me niego a aceptar que nunca más dirás mi nombre

Me niego a aceptar que nunca más voy a poder demostrarte cuanto te quiero

Me niego a aceptar que nunca más obtendré una respuesta cuando diga "Wei Ying"

Hoy salí del Jinshi para poder ver la recuperación del pequeño, aun no me curo del todo y me cuesta caminar, pero si lo miro a él, siento que te estoy mirando a ti.

Hoy despertó

Y se puso a llorar

Dice que extraña a alguien, pero que no sabe a quién exactamente

Lo consolé siendo que no pasaba nada, hermano está con nosotros y aprobó el nombre que le di

Lan Yuan de cortesía Lan SiZhui

Hermano se fue y yo me quebré

Mire a A-Yuan, como tú le decías, y su sonrisa se parece tanto a la tuya  que me tumbe al suelo a llorar.

El hizo lo mismo que hubieras hecho tú

Se agacho conmigo y aunque no sabía porque lloraba, me consoló con otra radiante sonrisa

HASTA EL DÍA QUE TE VUELVA A VERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora