Capítulo 2

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Soobin antes de llegar a lo que era el hotel 'Honeymoon' había llegado a una farmacia y a comprar varios alimentos para lo que iba a ser 'la semana'.

Compró nueve cajas de condones, bebidas y unas cuantas frituras. Había llegado a comprar sushi, y una bebida alcohólica, para él.

Llamó a 'la señorita pasiva' para saber si quería algo, pero el solo le respondió de mala gana, le ordenó que se apurara y llegara al hotel lo antes posible. Rodó los ojos y se apresuró en tomar el próximo camión para llegar a la lujosa zona donde se encontraba el hotel.

Suspiró.

Comprar los condones no había sido nada fácil. El siempre se apenaba de tener que comprarlos aunque la cajera ya sea su amiga. Ver a la gente hacer un gesto exagerado cuando veían las cajas (que variaban de 6 a 11) y tener que pagarlos le dolía. Sus compañeras sexuales le daban el debido dinero para comprar toda la protección sexual. Solo Soobin era tímido.

Compraba sushi en un lugar barato y de confianza, y solo era eso.

Veía por la ventana el cambio de la sociedad (vivimos) y veía el cambio de las calles, los carros, y hasta de las personas. Soobin solo torcía la boca.

Llegó hasta el hotel, y veía lo estúpidamente intimidante que era. Era tan alto, y tan ancho. Tragó saliva mientras entraba, decía el hombre de Kai, y el señor botones lo dejaba pasar sin preguntarle nada sobre las bolsas.

Los viejos moteles no lo dejaban entrar con bolsas que no fueran condones o pastillas.

Subía y subía y subía, hasta llegar al ultimo piso. El señor lo dejó, y Soobin solo tocó la puerta.

—¿Eres el joven Choi Soobin? — Una voz se escuchó pegada a la puerta, y era bajita, como alguien inseguro. Soltó una pequeña risa.

— ¿Por qué se ríe?

— Porque soy alguien que viene a asesinarlo, grrrr. — Gruñe y siente que alguien abre la puerta, que sólo es Kai jalándole la camisa para que entre.

— De lo único que me asesinaras será de una mamada. — Agarró las bolsas que cargaba Soobin y lo sentó en esa silla que estaba frente a la tele. Le entregó una hoja y una pluma.

— Firma ahí, dice que no le contarás a nadie sobre este encuentro.

— Ya firmé algo antes, ¿no puedo dejar de firmar cosas?

Hueningkai torció los ojos.

— Solo firmaste una cosa, cállate y comienza a poner tu nombre ahí. — Se sienta frente a él, saca el sushi y comienza a comer, mientras Soobin solo lo veía con un poco de recelo. Vuelve a leer con profundidad y solo era un contrato hecho a mano.

— ¿Esto siquiera es legal?

— Tengo experiencia haciendo eso, fírmalo ya. — Mastica el trozo de pescado que tenía en su boca. Soobin lo mira con una lagrima imaginaria. Firma, con una ceja alzada, y se para buscando comer de su propio sushi. Kai le aparta la caja, agarra un trozo y se lo acerca a su compañero. — Di ah.

— ¿Por qué?

— Para darte de comer antes de coger. — Muy vulgar. Soobin sonrió y abrió la boca mientras aceptaba el alimento que le brindaba la señorita.

— Tener intimidad, Hueningkai.

— ¿Quién le dice así? ¿Los ingleses? — Acaricia la mandíbula contraria y esta se le acerca.

— Yo.

Kai traga saliva y sienta a Soobin, como lo hizo con anterioridad, bruscamente en la silla, mirándole.

— No mordidas, no marcas, ni nalgadas, no masoquismo, ya lo sabes.

Baja hasta el pantalón y baja el cierre, queriendo sacar el miembro del menor.

— Lo sé.

Soobin afirma mientras le sonríe.

Soobin afirma mientras le sonríe

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𝐿𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝐵𝑢𝑛𝑛𝑦 - 𝑆𝑜𝑜𝑘𝑎𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora