✡︎ 「Fanfic Style」 ✡︎
Kyle Broflovski, un Omega nacido en una familia de mercenarios, atado a su destino de ser una máquina de matar y seguir órdenes sin queja alguna. Cuando parecía que su vida estaría llena de agonía y...
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"Solo en ti quedará, el recuerdo que mi alma siempre extrañara; de lo que alguna vez todo fue, y lo que nunca será.... "
Había quedado extrañado por la llamada recibida de su amigo, sin embargo no le dio mucha importancia, a veces Craig solía ser algo raro.
Por otro lado, ya se encontraban a las afueras de la mansión de los Marsh, siendo atendidos casi al instante por los diversos sirvientes y mucamas que quitaban de encima de ellos cualquier equipaje o por defecto los sacos que tenían sobre ellos. La tensión entre Marsh y su hijo seguía alta por la pelea anteriormente dada.
─Me voy a mi habitación.─Comento el adolescente dirigiéndose a su habitación.
─Si vas ha tocar tu mugrosa música, aunque sea ten la moderación de bajar el volumen.─Espetó Randy mientras agarraba su bastón con firmeza.
─No es mi culpa que seas tan viejo para apreciar la verdadera música.─Expreso ofendido, a la vez que cerró la puerta de su habitación con ímpetu.
─ Malditos mocosos de ahora... ─ Refunfuño el mayor.
Stan ya se encontraba en su habitación, era amplia; una cama matrimonial, paredes de color azul y diferentes figuras de acción, también de Terrance y Phillip en honor a los tiempos que fue gran fan de aquella serie. En su habitación también se encontraban distintos instrumentos, entre ellos una batería, instrumentos de cuerda, algunos de aire, etc.
Porqué si, era fan de la música. Y no sólo fan, si no que también la tocaba.
Dentro de él aún predominaba la ira sobre la reciente conversación, ─o más bien discusión─ que tuvo con su padre, el cual siempre terminaba en el mismo sermón, en las mismas miradas... Pero, no importaba cuanto se esforzará su padre siempre iba a querer controlarle la vida; pero de ser así, igualmente Stan no se la iba a dejar fácil.
Aun con la ira y frustración latente dentro de si, agarro aquella guitarra de color carmín con blanco que tenía sobre la cama, la conectó a un mini estéreo y empezó a tocar los primeros acordes.
(Me costó encontrar una que se asemejara a lo que buscaba, espero les guste.)
Cada cuerda, cada nota, cada sinfonía le causaba una paz interior inhumana. Tocar le relajaba, le ayudaba a canalizar sus emociones... Era algo que realmente le apasionaba, cada cuerda que tocaba la sentía escalar dentro de si, hasta su corazón, llenado cada nota con más sentimiento que la anterior.
